Batallar con las taras de un entorno tóxico y artificial.- Ztl
Fecha Monday, 19 November 2012
Tema 040. Después de marcharse


Me alegra que Bruna comparta -y tenga con quién hacerlo- sus experiencias post-opus.

Yo finalmente me fui de ese lugar enfermizo hace dos años. He sido feliz desde el primer día, aunque lógicamente, tengo las preocupaciones normales de cualquier persona. Antes, vivía en un mundillo artificial donde la "tranquilidad" de la separación de las dificultades cotidianas era muy, muy costoso. He tenido que batallar con las muchas taras que le genera a uno haber pasado tiempo en un entorno tóxico y artificial.

El primero, abrirse más a la vida social, maltrecha y retorcida por la notable tendencia de esa institución al control emocional: para eso te restringe el contacto con otras personas, en modo tal que no escuchas más que el único discurso. Impide la verdadera conexión con personas que pueden apoyarte, contrastar la visión del mundo, escucharte verdaderamente como un otro. Toca re-aprender a pensar en los otros como iguales, con derechos, también a rechazarte. En la opus, cuando alguien desaparecía de tu alrededor, lo debías olvidar, porque esa persona estaba rechazando a Dios. Tras el discurso apoyado en la frasecita "de cien almas nos interesan las cien" todos sabemos cuál realidad práctica se oculta: no pueden estar los amigos verdaderos, los que tienen problemas, es decir, los que "no interesan para la labor". Esto mata la amistad verdadera. No puedes ampliar tu mundo social si vas tachando personas que "no te interesan...". Y uno va "acostumbrándose" y entumeciendo la capacidad de escuchar con genuino interés. También acaba uno deformando la naturalidad de hablar con pares, sin dar "doctrina". El perfil lleva las personas a ser insoportables autoridades en lo divino y lo humano. En el mundo real, en el mundo de nuestros pares, cada cual se forma su opinión y discute para clarificar, intercambiar, contrastar, pero no está esperando habitualmente una "autoridad" que tiene respuestas para todos.

A mí siempre me ha dejado perplejo la capacidad de profecía que sostienen algunos en la opus. Escuchan permanentemente la revelación divina en campos amplísimos: los directorcillos del opus reciben teofanías todos, todos los días. De los temas más diversos. "Ven" cosas a cada rato. La patología clínica de las comisiones va desde el delirio místico hasta casi la alucinación colectiva. Y a partir de aquí se suponen infalibles en los temas más variados. Si nos vamos más en profundidad, es una postura formalmente herética: la revelación divina acabó con la muerte del último apóstol, ¿no? Pues uno se va contaminando de este delirio colectivo y se acaba uno creyendo autoridad en las decisiones de los demás. Eso, nos hace inmamables. Tan insoportables como los directores de la opus.

Bruna es realista, este mundo tiene sus ratos complicados. Pero, la felicidad llega muy, muy rápido, en lo cotidiano, solos o con alguien. Porque la felicidad es auténtica, porque finalmente los amigos y amigas son de verdad, porque finalmente tienes el timón de tu vida y no estás a la espera que "alguien vea algo" para ti. Porque finalmente hay autenticidad.

Ztl









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