Más sobre religión.- Ramón
Fecha Monday, 19 November 2012
Tema 900. Sin clasificar


Estimados amigos:

 

Resulta particularmente interesante y pertinente el debate sobre fe y religión. Las aportaciones de Ana Azanza, Dionisio y Atomito son muy reveladoras por una postura, habiendo en frente posturas igualmente brillantes como Josef K. No es el primero que tras dejar el Opus Dei se desentiende de la religión e incluso en la Fe en Dios. Esto debería ser particularmente preocupante para la Iglesia católica romana, que le da el rango de la única Prelatura Personal.

 

El problema más importante es que con frecuencia, tras el abandono del Opus Dei, se producen numerosos casos de mala conciencia religiosa, angustia espiritual y falta de expectativa espiritual. Esto debiera preocuparnos, no porque esas personas se vayan a condenar (seguro que no) sino porque vivir sin esperanza es de lo peor que le puede pasar a nadie...



Por eso creo que es fundamental que se hable de esa fe, para dilucidar si es Fe o simplemente religión, o simplemente, como dice Ana Azanza, religiosidad popular socialmente impuesta y aceptada. Con esa educación cristiana hemos recibido, además de una Fe más o menos auténtica, más o menos asumida personalmente, una carga importante de dogmas, de cultura. Mucho de esa carga no es cristiano, no tiene nada que ver con el cristianismo, ni le aportan nada (por ejemplo: el ayuno eucarístico).

 

Es evidente que la Biblia no tiene sentido histórico estricto, no es una narración exacta y objetiva de los hechos. No quiere decir esto que la Biblia sea mentira, en el sentido de falsedad, o invención. Simplemente, se debe a una mentalidad diferente de la nuestra. La Biblia y el Evangelio narran la historia de la Salvación, en la que un Pueblo contempla cómo Dios se le ha manifestado mostrándole su favor, a pesar de su debilidad, como primicia del futuro - y presente - Reino de Dios. Los cristianos creemos que esa manifestación definitiva se da de forma perfecta y definitiva en Cristo, y en la vivencia de esa fe tal y como la vivieron las primeras comunidades.

 

Por ese motivo, debemos separar lo que no pertenece al núcleo de la Fe, de lo que es accesorio y se le ha ido pegando, de forma inevitable con el paso de la historia y la lectura que cada tiempo ha hecho de ese mensaje. Y lo que son prácticas que no se corresponden al mensaje evangélico, y que la Iglesia ha permitido e incluso fomentado. Por poner algunos ejemplos:

 

- La imagen de la Virgen y la mariología no tienen particular importancia en el Evangelio. Se desarrollan a partir del siglo III, culminando en el XIX con el dogma de la inmaculada concepción, la intercesión máxima (hiperdulía), etc. Sin embargo, nada de ello - siendo valioso - es trascendente para la fe ni para la salvación. Y lo peor de todo es que esa imagen de la Virgen, como mujer paciente, que todo lo aguanta, que "sirve", se ha empleado para justificar la familia patriarcal, la sumisión de la mujer al hombre, su exclusión de la vida eclesial, social y política, hasta para hacer llevaderos los malos tratos... No tiene sentido decir que las numerarias auxiliares son "hermanas" y hacerles trabajar como "sirvientas" con cofia. No se puede usar la religión de esa forma, pero se ha hecho.

 

- No se pueden aceptar formas de explotación de las personas como la prostitución (que se ha ejercido a beneficio de la Iglesia hasta bien entrado el Renacimiento), la esclavitud (idem), guerras, cruzadas, la explotación económica de los pobres o del medio ambiente y otras hierbas.

 

- No se puede, basándose en la figura de Pedro, justificar la figura del papado como gobierno absolutista y antidemocrático de la Iglesia.

 

Es evidente que, como dicen Ana y Dionisio, no se puede jugar a dos barajas: cuando nos interesa, lo que dice el Evangelio es simbólico, y cuando no, es literal. No se puede defender la libertad religiosa y a la vez no permitir la libre investigación teológica o la inculturación de la Iglesia con los pueblos de misión.

 

Porque el asunto no acaba ahí: con el actual papado, los exégetas, biblistas y teólogos que no comulgan con la versión oficial, neotomista y literalista de la jerarquía actual, se las ven y se las desean para llevar a cabo su trabajo. O sea, que Dionsio tiene razón: igual quienes creemos como Rescatado que no todo es literal, mañana somos herejes. Me parto de la risa cuando alguien dice, como si fuera un mérito, que Juan Pablo II pidió perdón por lo de Galileo o las cruzadas. Me troncho, ¡han pasado más de 1000 años! Sin embargo, JPII no dejó de fustigar a los teólogos de la liberación, amartilló la exclusión de la mujer en la iglesia, anatematizó la investigación con células madre, la fecundación in vitro incluso dentro del matrimonio es pecado mortal, la doctrina de género acaba de ser condenada por la Conferencia Episcopal... Vamos, que el propósito de la enmienda no es nuestro fuerte. Se me cayó el alma a los pies cuando en el encuentro de Asís por la paz BXVI no quiso que se rezara conjuntamente "para que no pareciera que teníamos algo en común" ¿entonces para qué nos reunimos? ¿Dónde está el respeto a los otros y a sus creencias?

 

Lo que es claro es que, como dicen Dionisio y Ana, la Iglesia no quiere dialogar. Ella es poseedora de la verdad, toda y sin fisuras. Y con esa postura no se puede predicar el Evangelio. El orgullo y la prepotencia no sirven para dar sentido a la gente que busca. Jesús lloraba en el Huerto de los Olivos, preguntaba a sus discípulos "quién decís vosotros que soy yo"... nada que ver con la "aristocracia de la inteligencia" o "martillo de herejes". Es cierto que los esfuerzos de muchos cristianos, laicos, presbíteros y teólogos se esforzaron por modernizar la Iglesia, porque volviera a ser sacramento universal de salvación. Este movimiento cobró fuerza en la post guerra, y desembocó en el Concilio Vaticano II y el breve post concilio de Pablo VI. Pero con Juan Pablo II se volvió, de hoz y coz, a la Iglesia constantiniana, aliada con el poder político

 

Yo creo que no podemos juzgar ni decir que seamos mejores que nadie. No puedo decir que yo soy mejor cristiano que Escriba, que mi hija o mi frutero. Seguro que soy peor, sábelo Dios. Pero me uno a Dionisio en su perplejidad en lo que supone ser católico ¿ser intolerante? ¿Formar un ghetto de "Universidades Católicas" donde no exista la libertad de cátedra de forma efectiva? ¿Insultar a quienes no comulgan con nuestras ideas, como hace el canal 13 de la conferencia episcopal, que parece de la ultraderecha? ¿Despreciar cualquier iniciativa filantrópica porque no lleva nuestro marchamo?

 

Yo creo que muchos cristianos nos fijamos cada vez más en la buena voluntad y en los frutos, y el resto se nos da una higa. Al fin y al cabo, la imagen de Jesús es la del Buen Samaritano, un tipo sospechoso.

 

Que Dios os guarde

Ramón







Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=20478