Hola. Doy gracias a Dios por haber encontrado este sitio. Me parece un buen medio para expresar libremente lo que pensamos y, al mismo tiempo, ayudar a quienes quieren reconstruir su vida, llevando un ritmo normal.

También estuve atado al Opus. Pero ahora me siento libre. Tengo un director espiritual, que no es de la Obra, y es mi amigo. Nos vemos cada cierto tiempo, sin fecha ni calendario, cuando podemos. Nos tomamos un café o algo más y charlamos de las una y mil cosas que pasan, entre risas y risas. Luego, una buena confesión, empezando por aquello que he logrado y que me ha hecho feliz. Después, naturalmente los pecados. Un buen consejo, la absolución y a la calle, con el sentimiento de haber descargado todo y que puedo volver a comenzar con la ayuda de Dios.

Como tantos, tuve una primera etapa de depresión, que ya pasó y está lejos. Quisiera decirles, a quienes están bajo los efectos recientes de la salida, que este mundo es maravilloso. Que debemos ser positivos y constructivos. Que la alegría es posible porque Dios nos ama y cada instante, lo más pequeño y corriente, puede ser disfrutado. No logra ser feliz el que permanece atado. Y el lazo que nos ata es, en muchas ocasiones, obrar de cara a los hombres. Especialmente de aquellos que dependemos, porque vivimos o vivíamos de su juicio. Romper esta atadura es el comienzo de la verdadera alegría. Y amarrarnos al juicio de Dios que nos ve como hijos que luchamos. Nada más. Y Él, en su infinita misericordia, derrama su amor en nosotros. Para que nos sintamos plenos. Con esa plenitud que da su presencia de Padre y Amigo.

Poncio