Las normas son un medio, no un fin.- Chale
Fecha Wednesday, 24 October 2012
Tema 070. Costumbres y Praxis


Pacopepe, empiezo diciéndote: Lo que no da paz, no es de Dios. 

 

En los 27 años que estuve en el Opus comprendí que las normas son un medio… NO UN FIN y que son precisamente MEDIO para acercarte a Dios… pero ¿realmente crees que el vivir las cosas con ese afán de CUMPLIR es lo que te acerca a Dios?  Te lo digo por experiencia porque como numeraria cuando tuve a mi cargo supernumerarias y luego agregadas, fui muy consciente de que a veces cargamos a la gente con muchas cosas cuando nosotros (los n) no tenemos las mismas dificultades. Uno entra al oratorio y “que nadie me interrumpa porque estoy haciendo la oración”.  Y el agregado y el supernumerario con un sinfín de actividades, con problemas económicos y familiares, ¿puede realmente pedírsele lo mismo?...



El numerario desde otro “mundo”, donde no debe preocuparse ni por si le alcanza o no el dinero, por qué comerá o beberá o quien le planchará la ropa o le hará la limpieza, más 3 semanas (que lujo) de curso anual, etc, desde ese mundo “perfecto” , será justo exigir para afuera, podríamos decir con San Mateo (Mt, 23, 4): Preparan pesadas cargas, muy difíciles de llevar, y las echan sobre las espaldas de la gente, pero ellos ni siquiera levantan un dedo para moverlas.

Pasando al “encorsetamiento” y la asfixia: es real que las normas asfixian, no son un guante que se adapta porque te hacen creer que si no las haces acabarás mal… pero crees que Dios, al que amas tanto y que es un Padre amoroso le importa si hiciste 30 minutos de oración o 28? o 40?. Te cuento una anécdota: ahora que estoy fuera de la Obra, fui de vacaciones con mi madre, y al ponerme el “bañador” (traje de baño decimos en México) me quité la cadena de la que cuelga mi escapulario, pues al nadar se me saldría y acabaría por perderlo. Ella me dijo: “No te quites el escapulario” y le contesté: madre, ¿te imaginas a la Virgen asomada desde el cielo, viendo que cómo me lo quite un rato, ya no me protegerá? Si suelo traerlo siempre, como recordatorio de que tengo una Madre que vela por mi”. Se rio y me dio la razón. Así las normas: te imaginas a Dios contando los minutos y segundos de tu oración, cuando por tanto agobio a lo mejor es poco oración. Encuéntralo realmente en medio del mundo, de tu mundo… la oración no es empezar con “por la señal.. Señor mío y Dios mío…” sino contarle lo que TU quieras, y cuando tu quieras.

Una amiga me contó una anécdota que a ella la definió para no hacerse de la Obra. Ella era de san Rafael y acudía a los medios de formación. Tiene varias tías religiosas, de diferentes congregaciones. Hace 25 años cuando una de sus tías fue a visitarla, ella le contó todo lo que estaba aprendiendo en el opus, en concreto del plan de vida y la tía le contó su experiencia: cuando era novicia le habían dado unos ejercicios espirituales y el sacerdote les repartió unas hojitas donde podían anotar sus propósitos, con las correspondientes 30 columnas para que todos los días revisaran si lo habían cumplido o no, y al final del día y luego del mes, ver que porcentaje de esos propósitos habían cumplido. Ella (jovencita) regresó feliz con su hojita y se encontró con su fundador y le dijo que venía de su retiro y le habían dado esa hojita. El fundador tomo la hojita y con gran cariño se disculpo, pero la rompió en cachitos y le dijo: hija, a Dios hay que amarlo, a Él no le interesan los porcentajes.

 

No por dejar la Obra vas a dejar a Dios. Creo en el valor de las diferentes prácticas de piedad, pero no en el fariseísmo de pensar que si cumple todo eso tienes asegurado el cielo. Como los fariseos: lavarse quien sabe cuantas veces, y que si las filacterias y todos los formalismos pero su corazón está lejos de Dios. Como aquel fariseo: no soy como los demás, ayuno 2 veces por semana y pago el diezmo, etc. (Lc 18, 12)

 

Dios es el Padre del hijo pródigo… que realmente se había portado bastante mal, y al regresar no le pone condiciones para abrazarlo y besarlo y volverle a dar todo, y que también trata de decirle a su otro hijo que aunque le “sirve” y cumple con sus obligaciones, su corazón no lo está haciendo con gusto.

 

Además en la obra te “encorsetan” con una espiritualidad “reciclada” en lugar de dejar a cada alma que crezca con libertad, por donde realmente lo quiera llevar el Espíritu Santo. ¿Por qué si Escrivá leyó los clásicos de espiritualidad y desarrollo su propio espíritu, sus hijos tienen que leer sólo lo que él ya digirió? O leer lo que otros de sus hijos ya digirieron? Yo le llamaría incesto espiritual y ya sabemos que genéticamente la poca mezcla hace que los “errores” genéticos se vuelvan dominantes. Tu como supernumerario no lo vives, pero no te imaginas lo que es leer TODAS las mañanas el libro de meditaciones, año tras año. Y los temarios de los círculos: al menos en México -me CONSTA- son los mismos desde hace 20 años. Por Dios, tu crees que estar oyendo el mismo refrito, reciclado, que muchas veces ni preparan bien los numerarios, es tan necesario?

 

Lo del cuidado de tu padre, te digo que eso si es un mandamiento de Dios: honrarás a tu padre y a tu madre. Eso si es misericordia. ¿Te acuerdas de la parábola del buen samaritano? El Levita y el sacerdote no pudieron o quisieron pararse pues tenían que ir a la sinagoga a atender otros asuntos, tal vez religiosos… y el samaritano si se compadeció. Y cuando tuve hambre, me disteis de comer … etc (Mt 25, 44-45)

 

Y no dejarás a Dios, no te preocupes, el problema a veces (no juzgo a nadie) es que se identifica a Dios con la obra y al dejar la obra no quieren saber nada de Dios. Eso no te pasará a ti, si tu no quieres. No es el único camino –como ellos creen- sino uno de muchos, que si a ti ya no te funciona, adelante “las puertas están abiertas”.

 

Seguramente podrás ser un maravilloso padre, hermano, hijo, compañero, esposo y buen cristiano. No necesitas esa rigidez que no te deja respirar. Hay mucho que leer y meditar de grandes santos: San Agustín, santa Teresa, padres de la Iglesia, etc. y el Espíritu Santo te guiará. No tengas miedo. Escucha la verdadera voz de Dios y no la supuesta. Él te quiere feliz. “Te basta mi gracia”. Es un gran amigo y un gran Padre.

 

Me atrevo a recomendarte un libro, para que veas que Jesús es un gran amigo, y no un juez remilgoso y “cuenta chiles” (en México significa Persona que se ocupa de pequeñeces, que vigila con mezquinidad la administración del dinero) como le decía a mi madre: ¿Te imaginas a Dios o a la Virgen midiendo si fue un minuto más o uno menos de oración?. Perdón el rollo te recomiendo el libro: La amistad de Jesucristo de Robert Benson (1912) que es una delicia. Lo tengo en digital pídele mi mail a Agustina y te lo mando.

 

“Ama y haz lo que quieras” San Agustín.

 

Chale







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