¡Muchas gracias a Gervasio por los buenos ratos que me hace pasar! Yo sí que me divierto con sus escritos...

Al hilo de la imposibilidad de trabajar en los centros, añado una observación personal acerca del mobiliario de las habitaciones. En los centros que conocí, el tamaño miniatura de las mesas apenas permitía la menor dedicación al trabajo intelectual, que es, supuestamente, el sello distintivo de la empresa. Era el remate a lo ya certeramente consignado por Gervasio respecto a la continua trashumancia de planta en planta o de zona en zona, cargando con los bártulos.

Quizá por eso muchos sólo usaban la mesa de la habitación para algunas actividades exigidas por la institución, a saber: hacer el comentario del Evangelio, rellenar la hoja de normas y, semanalmente, cumplimentar el impreso de lavandería y planchado de ropa.

Y es que las tres actividades enumeradas se solventan cómodamente... ¡en papel tamaño octavilla! (tipo DIN A6, de 105 x 148 mm)

BDM