Anécdotas de mi experiencia propia.- Dionisio
Fecha Thursday, 24 June 2004
Tema 010. Testimonios


Queridos amigos:

Ahí os mando otras sabrosas anécdotas de mi experiencia propia. Estas se añaden a las que se publicaron ayer 23 de junio.

Espero que os gusten.



Cap.2 de 'Anécdotas en el Opus Dei'

Enviado por Dionisio el 24-6-2004


Anécdota 4.
Esta historia tiene como protagonista a Father Nice. Todo un personaje, pobre hombre, pero era nada menos que el sacerdote encargado de la sección femenina al más alto nivel del gobierno regional. Pues este campeón un día estaba de paso en el mismo centro que yo estaba. Y de pronto descubrió un cuadrito con una imagen de la Virgen colgado en una pared. No era nada valioso, era una simple estampa impresa y enmarcada modestamente. A mí me encantaba porque sobre un fondo bucólico se veía a la Virgen en una actitud de recogimiento natural, sin exageraciones, y sobre todo con una cara preciosa, realmente guapa, realzada por una sutil aureola. Creo que es lo más bonito que he visto representando a mi Madre, la Virgen. Pues bien, Father Nice decidió que ese cuadrito se lo llevaba para ponerlo en un centro de la sección femenina, porque no era "conveniente" (como les gusta esa palabrita en aquella organización) que estuviera en un centro de varones. ¿Por qué? Pregunté yo con cierto nivel de mosqueo. Respuesta: Porque es demasiado guapa. Vale, me la apunto, una raya más para el tigre. Father Nice de repente desapareció de la pantalla del radar y cuando pregunté por él nadie me quiso dar una respuesta concreta. Encomiéndale, se regresó a su país de origen, lo está pasando mal... En fin, un misterio. Pero realmente no me extrañó porque era un personaje con muchas cosas raras y cada vez más.


Anécdota 5.
Una parte de mi vida en la prelatura transcurrió en un país con enormes problemas de subdesarrollo. Allí los numerarios recibíamos atención médica privada, porque la seguridad social era algo realmente lamentable por la mala calidad de la medicina, por la pésima comida por la suciedad, etc. No viene al caso entrar en detalles. Lo que viene al caso es cómo me quedó el cuerpo cuando me enteré que las numerarias auxiliares eran llevadas a la seguridad social cuando las tenían que atender o incluso operar. Menos mal que eran las "hijas pequeñas" porque de lo contrario no sé qué les hubiera pasado. Ninguna familia normal jamás hubiera enviado a una hermana pequeña a la seguridad social si tuviera el dinero para ir a la medicina privada. Dios sabe que aquella "familia" tenía dinero para mucho más que eso. Eso para mi fué muy decepcionante. Otro paso más hacia la puerta de salida.


Anécdota 6.
Ahora una positiva, para que vean que no todo es así. Pelayo vivió conmigo durante unos años, es un numerario mayor que tenía a su cargo un grupo de supernumerarios. Uno de ellos cayó gravemente enfermo. Su vida realmente peligraba. Tuvo una operación muy delicada y una recuperación llena de sobresaltos. Pues Pelayo se entregó de una forma ejemplar a la atención de aquel hombre. Le dedicaba todas las horas que podía, incluso pasaba noches enteras con él en la clínica. Le animaba constantemente con bromas, oraciones, sorpresas. Se preocupaba de que la familia no se derrumbara. Animaba a los otros supernumerarios a que le visitaran, no solo le encomendaran. Hizo un despliegue fantástico de fraternidad que le llevó a él mismo a un notable cansancio después de muchas semanas de dedicación. Finalmente el enfermo se recuperó y los quedaron unidos por lazos realmente más fuertes que los de la carne. Fue algo muy admirable. Lástima que Pelayo estuviera constantemente tirándose los trastos con los directores, especialmente con los de la comisión regional. Nadie es perfecto.

Espero que os hayan gustado. Estoy recordando más para futuras entregas.

Un abrazo

Dionisio

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