Vamos a vivir.- Unacomoyo
Fecha Monday, 24 September 2012
Tema 010. Testimonios


La carta de Víctor me ha dolido mucho, como a todos. Yo sé lo que es querer morir estando dentro, sentirse ahogado, incomprendido y empujado al fondo de la lata. Sin embargo, lo que más me ha dolido es haber acompañado a una niña con la que compartí centro, mientras las demás le dieron la espalda sabiendo de sobra que no estaba bien.

Como yo ya había tenido la experiencia, no pude dejarla sola cuando me contó que se fue del Opus; pasaba tiempo con ella, conversábamos, íbamos a tomar café, salíamos de fiesta. Yo hacía lo que fuera para que empezara a encajar en la vida fuera de allí.

Recuerdo que alguien de la Obra me decía que no estuviera mucho tiempo con ella para que no revolviera mis recuerdos, pero conseguí olvidarme de mis cosas para tratar de ayudarla y, entre otras cosas, yo no iba a obedecer a nadie de dentro. Mi corazón se partía en dos por pensar en personas tan jóvenes como nosotras, que creímos haberlo dado todo para siempre y luego nos estrellamos, siendo olvidadas por quienes no supieron manejar las cosas.

Mientras la directora, con la que lastimosamente dimos las dos, dormía convencida de haber hecho lo mejor, nosotras pasábamos la noche sin poder dormir, hasta que empezábamos a hablar de la muerte, de lo mucho que nos costaba vivir con el alma pisoteada. Ninguna encajaba en la vida y eso resulta desesperante cuando se está tan joven. Es tener la incertidumbre de si toda la vida despertaremos recordando lo que nos hicieron, las absurdas correcciones fraternas, las comidas que nadie tocaba porque de repente todo el mundo parecía tener anorexia en el centro, la falta que hacía dar una vuelta sin mirar el reloj cada 5 segundos.

Sin embargo, hoy que no estoy cerca del Opus y sigo mi vida, no he vuelto a plantearme la muerte como salida y espero que mi amiga tampoco, aunque ella está rodeada por el ambiente Opus 24/7 y así es más difícil. Ojalá que estés bien.

Mi medicina es el amor de mi familia y la compañía de mis amigos. Y si ellos no estuvieran, aún tendría motivos suficientes para seguir viva, pero me duele profundamente saber que es verdad que uno desea morir cuando tiene una experiencia así, que somos muchos los que hemos vivido ese vacío y ese sinsentido, y que seguirá sucediendo sin que nadie se pellizque para detenerlo.

Un saludo para todos y mis oraciones por Víctor.

Unacomoyo









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