Seguimos recordando a Víctor.- Carmen Charo
Fecha Monday, 24 September 2012
Tema 010. Testimonios


Me alegra que no quede pronto en el olvido la persona de Víctor. Deseo que descanse en paz y que, desde la paz de Dios, nos ayude a sacar provecho para todos de su triste situación. Por eso que me ha gustado que Soyyootravez nos recuerde lo que pedía, y yo me uno a su petición: Quería que se le pidieran disculpas y que lo suyo sirviera para evitarle sufrimientos a otros!!

Directores del Opus Dei, ¿cuándo pensáis abrir los ojos y usar la razón? A mi me ofende personalmente que haya quienes dicen que no se le puede tener en cuenta a un enfermo. Yo he vivido eso en carne propia en los centros donde estuve con depresión y os puedo asegurar que es insoportable, te lleva a perder pie en la vida, a sentirte verdaderamente sola y sin agarraderos, a la intemperie. Un enfermo psicológico no es un loco, ni un demente, ni un imbécil que no sabe lo que dice. El ninguneo, el desprecio con que te tratan hunde de forma dramática en la angustia que se vive, por eso que no consiento escucharlo de vosotros. Se nota que no habéis pasado por ahí. Yo traté poco a Víctor, no puedo decir que lo conociera, pero no era un loco merecedor de desprecio, que eso es lo que supone el que no te tengan en cuenta ni te escuchen. Es lo más doloroso que le puede pasar a una persona. Ya sólo por sufrir esto durante tantos años me resulta una persona admirable. Yo no merezco ninguna alabanza porque no hice apenas nada por él, más que intercambiar unos cuantos correos. Sí que hubo personas anónimas que lo ayudaron personalmente.

Quiero agradecer especialmente el testimonio de Recordando. Nada tiene tanto peso como la propia vida. Como dice, hay muchísimo más casos similares al suyo. Leyéndole he recordado a otra persona que tuvo 6 intentos de suicidio y hoy vive peleando con su salud y con una invalidez sin poder trabajar. Y el caso de otra persona de la que los directores no se fiaban, y le daban a diario sus pastillas. Fue haciendo acopio de ellas y una buena noche, tras escribir una carta a sus padres, se las tomó todas y se fue a la vida eterna. Y la de aquella que se tiró por una ventana y el único comentario de las numerarias de su casa fue que vaya faena les había hecho montando semejante número con los vecinos, y la de aquella que se ahogó en el mar al mínimo golpe de una ola por ir medicada hasta los ojos. Y la de aquella otra numeraria enferma terminal de cáncer a la que velaba cada noche una agregada, y cuándo ésta comentó a la directora que era necesario hacerle cambios posturales frecuentes, recibió como respuesta que la enferma no podía alterar la vida del centro. Cuánta gente mártir en el Opus Dei, pero ellas y ellos jamás serán nombrados Venerables, y ni falta que les hace porque gozan -¡estoy segura!- de la plenitud del amor de Dios.

Bueno, pues esto es todo por hoy.

Un grandísimo abrazo para Víctor, que estoy segura de que nos escucha, y para cada uno que nos lee, de los de dentro y de fuera. Los de dentro cuidaos!!!

Carmen Charo









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