Culpables de otras muertes.- Janabenito
Fecha Monday, 17 September 2012
Tema 030. Adolescentes y jóvenes


Esperaba el escrito de “Pensando”, era de esperar.

 

No he leído en ningún escrito acusar directamente al opus de la muerte de Victor. Tu prudencia es de alabar pero has puesto en letras algo que tal vez, al que tenga algo de comprensión lectora no se lo hubiera planteado.

 

Es cierto, tanto el DSM-IV como el ICD-10 de la Organización Mundial de la Salud, como Ajuriaguerra y otros, lo situarían en un factor de alto riesgo tanto si hubiera pertenecido al opus como si no.

 

El opus no es culpable, al menos yo lo veo así, de esta muerte. Es culpable de otras muertes físicas o espirituales, de todas las que privan al alma de amor, de esperanza, de fe. Son culpables de ocasionar disfunciones vinculares precoces que en determinados casos llevan a enfermedades mentales, a crear psicosis, confusión mental, demencia, depresión, son culpables de hacer que se llegue a desear la  muerte anticipadamente como justificación a la desesperanza, a la indefensión ante situaciones que nos han creado y nos afectan.

 

Son culpables de ignorar la adolescencia como una etapa inestable en la vida del individuo. Francoise Dolto (psicoanalista) compara el tiempo de la adolescencia con el momento en que las langostas pierden su caparazón y quedan indefensas mientras construyen uno nuevo. Son culpables de aprovechar esta indefensión porque en el mar ya no “hay tantos peces de colores” y ellos lo saben, es en esta etapa o ya no pitan. Cuando las dos tareas más importantes a realizar en la adolescencia son la construcción de la identidad y el proyecto de vida, ¿tienen la oportunidad de hacerlo como personas corrientes en medio del mundo? Son culpables.

 

No pienso que ningún escrito afecte a la credibilidad de opuslibros porque cada uno de nosotros somos creíbles con nuestras propias experiencias y si alguien las pone en tela de juicio es su problema.

 

De esa carta de Víctor habrá tantas interpretaciones como lectores, gracias a Dios ya somos libres para pensar y con criterios. Tal vez las más dolidas sean las de los que hemos pasado por eso, aunque ya lo hayamos superado, o las de los que sepamos que no es el único que en estos momentos está en esa situación o a los que tengamos en casa adolescentes y nos bloquee el pánico a que les dé la sombra del opus, no lo sé.

 

Lo que sí sé es que a Goliat lo mató David.

 

Julia

 

Recomiendo la lectura de este interesante artículo sobre el tema que no ocupa: Las buenas intenciones, de “Castor









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