Hola amigos de Opuslibros.
La carta de Víctor me ha hecho reflexionar sobre un hecho curioso que voy a denominar el "contacto" del Opus Dei.
Al igual que le pasaba a él con Antonio (perdona Víctor que te trate con tanta amistad, pero sé que me lees desde donde estás), yo también tengo esa persona que me felicita por mi cumpleaños y por Navidad, e incluso me manda una postal en verano desde su lugar de vacaciones/convivencia. Nunca he pensado que es una "amistad" desinteresada ya que siempre he creído que su interés siempre ha estado más en mi acercamiento y posible futura "colaboración" con el Opus Dei, que en un interés real por mi persona. Como es vecino de mis padres, en algunas ocasiones me he cruzado con esta persona y aunque sólo sea por cortesía siempre nos hemos intercambiado un saludo y unas palabras, en las que siempre me pregunta si sigo teniendo el mismo número de teléfono móvil, de correo electrónico...
Nunca he vuelto a quedar con este agregado (que pertenecía al Consejo Local del centro en el que yo estaba y llevó en alguna ocasión mi "charla fraterna", que ya sabemos por los "informes de conciencia" que es de todo menos "confidencial") para tomar algo ni para charlar, ni siquiera le he dado ninguna esperanza de querer hacerlo, ya que sinceramente no tengo ningún interés de volver a saber nada de la Prelatura, ni de ninguno de sus miembros. Pero, amigos, sigo en su "Lista de Intenciones" y sigue enviándome mensajes y postales en esas fechas.
Me imagino que sigue siendo una costumbre habitual, que ya practicaba yo en mi época de agregado, con mi "Lista" de amigos y, por lo que se ve, es costumbre con la Lista de ex-miembros. Para mi, sinceramente, es más una molestia que otra cosa ya que no tengo ningún interés en contestar sus mensajes y, mientras que con cualquier otra persona con "ignorar" o mantener un trato distante seguramente no volverían a llamarte, con el "contacto" del Opus Dei no funciona. Me imagino que a muchos os pasará lo mismo y lo llevaréis lo mejor posible, pero a mi me parece otra de las molestas persecuciones de la Prelatura.
Un saludo.
Ggomer.
