La falsa religiosidad.- Agustina
Fecha Monday, 03 September 2012
Tema 070. Costumbres y Praxis


Copio, tal cual, una noticia que incluye hoy, 3.09.2012, el Servicio de Prensa del Vaticano. Me ha hecho pensar si el Opus Dei puede sentirse aludido por el peligro de su falsa religiosidad, que consiste en cumplir normas, costumbres y praxis sin ton ni son, conocido como "el plan de vida".

Una cosa que me ha hecho pensar siempre es si Escrivá se puso este apellido en lugar de mantener el de su padre, con el que fue bautizado: ESCRIBA, por si le recordaba el pasaje del Evangelio.

Abrazos,
Agustina L. de los Mozos

EL PAPA ALERTA DEL PELIGRO DE LA FALSA RELIGIOSIDAD

Ciudad del Vaticano, 2 de septiembre (VIS).-La Ley de Dios que encuentra su cumplimento pleno en el amor fue el tema de la meditación de Benedicto XVI antes de rezar el ángelus con los fieles reunidos en el patio del palacio apostólico de Castel Gandolfo.

Comentando el Evangelio de San Marcos en que los fariseos reprochan a los discípulos de Jesús que no siguen los preceptos higiénicos de la ley mosaica, el Papa explicó que la Ley de Dios “es su Palabra que guía al ser humano por el camino de la vida, lo aleja de la esclavitud del egoísmo y lo lleva a la 'tierra' de la libertad y de la vida verdaderas. Por eso, en la Biblia, la Ley no se considera ni un peso ni una limitación opresora, sino el don más precioso del Señor (...) de su voluntad de estar cerca de su pueblo, de ser su aliado”.

Pero el problema, cuando el pueblo se establece en la tierra prometida y es depositario de la ley, es la tentación de “poner su seguridad y su alegría en algo que ya no es la Palabra del Señor: son los bienes, el poder, otras 'divinidades' que en realidad son vanas, son ídolos. Sí, sigue habiendo una Ley de Dios, pero ya no es lo más importante, ya no es la regla de vida; se convierte más bien en un envoltorio, en una cobertura, mientras que la vida sigue otros caminos, otras reglas, otros intereses, a menudo egoístas. De ese modo, la religión pierde su sentido auténtico (...) y se reduce a la práctica de usanzas secundarias, que satisfacen, más bien, el deseo humano de 'cumplir' con Dios”.

“Este- advirtió el Santo Padre- es un grave peligro de todas las religiones, y con el que Jesús se encontró en su tiempo, pero que puede ocurrir, desgraciadamente, también en la cristiandad. Por eso, las palabras que Jesús dirige en el Evangelio de hoy a los escribas y fariseos también deben hacer que reflexionemos nosotros. Jesús hace suyas las palabras del profeta Isaías: “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me rinden culto, enseñando doctrinas que son preceptos de los hombres. (...) También el apóstol Santiago, en su carta, alerta del peligro de una religiosidad falsa”.









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