Colegios mixtos.- antiguo
Fecha Friday, 31 August 2012
Tema 030. Adolescentes y jóvenes


Creo que mandar a los hijos a colegios mixtos ("coeducación", chicos y chicas) o a colegios no mixtos ("educación diferenciada", sólo chicos o sólo chicas) debería ser una decisión de los padres. Por eso, a pesar de que la actual ley en España perjudica al Opus Dei (de lo cual me alegro), yo preferiría que la cambiasen, de manera que los padres con menos recursos económicos pudiesen elegir qué tipo de colegio quieren para sus hijos.

Desgraciadamente la tendencia en España no es precisamente la defensa de la libertad personal (ni de los padres ni de nadie): por ejemplo, aquí está prohibido educar a los niños en casa (es obligatorio mandarlos al colegio), y eso independientemente del nivel de conocimientos que de esa manera adquieran los chicos, y sin ningún estudio que demuestre que esa modalidad de educación ("homeschooling") es perjudicial para los chicos. Se ve que en todos los sitios hay gente a la que le encanta gobernar la vida de los demás.

Que haya colegios solo para chicas o solo para chicos no es discriminatorio para nadie. Lo sería si unos tuviesen más nivel que otros, o que en unos se explicasen unas asignaturas distintas, etc. En caso contrario también sería discriminación sexual la existencia de gimnasios para mujeres, peluquerías para hombres, equipos de fútbol masculinos, servicios públicos (baños, WC) para mujeres, etc.

¿Como va a ser discriminatorio si ningún pais occidental -ni siquiera España- lo prohíbe?

En la cita de Pio XI que recoge Giovanna Reale se habla de la promiscuidad que la convivencia favorece. Parece bastante evidente que esto es así (es decir, que en colegios mixtos los alumnos tienen más dificultades para vivir la castidad), igual que es evidente que tener compañeros de trabajo de distinto sexo favorece el adulterio. Con la diferencia de que este último caso se refiere a adultos, con un mayor control sobre el propio comportamiento y una mayor capacidad para distinguir lo que es peligroso de lo que no. Otra cosa es que aquella promiscuidad en los adolescentes (o el adulterio en los adultos) no se vea como un mal (opinión repetable, por supuesto, pero no más que la contraria). Es más: estoy convencido de que la mayoría de las personas que atacan la educación diferenciada (no las que prefieren los colegios mixtos, sino las que quieren prohibir los otros) no tienen ningún interés en que sus hijos vivan la castidad (en que, por ejemplo, lleguen vírgenes al matrimonio), o en que de entre los jóvenes surjan vocaciones al sacerdocio o a la vida religiosa.

Es un mal que el Estado, para controlar al Opus Dei y perseguir sus comportamientos delictivos e injustos (cosa que sí debe hacer) decida quitarle parte de su libertad a todos los ciudadanos. Bueno, en este caso no a todos, sólo a los pobres (es decir, los que necesitan el dinero que el Estado les quita en forma de impuestos para poder pagar el colegio de sus hijos).

Aunque por supuesto que estoy de acuerdo en que los motivos del Opus Dei para que sus colegios no sean mixtos no tienen nada que ver con el bien de los chicos.

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