Los conciertos en los colegios que segregan por sexo II.- Class
Fecha Wednesday, 29 August 2012
Tema 100. Aspectos sociológicos


En este país somos la monda. Normalmente cuando un servidor tiene un problema, intento resolverlo desde la causa, voy a la raíz, voy donde se genera el problema y opero desde allí hacia la solución. Solventar un problema sobre los efectos, normalmente es sólo maquillarlo.

 

Yo no estoy en contra del opus, ni los “mal llamados colegios del opus”, ni la rara forma de vivir de los numerarios y agregados. Que cada uno viva como quiera y haga lo que quiera. Eso sí, lo debe querer libremente, con plena información y respetar la libertad de los demás. Y aquí está la causa que origina el problema, la presunta falta de libertad, la presunta falta de información, y la presunta coacción. Es ahí donde hay que actuar. Creo que es una inmadurez actuar sobre los efectos y aplicar la solución en las ramas, quitar las subvenciones, es ir contra la igualdad de condiciones ante las subvenciones públicas.

 

Agustina, tu comentaste en una nota bajo mi anterior escrito: “Si quieren hacer proselitismo y los padres quieren que sus hijos e hijas sean coaccionados y amedrentados por ese proselitismo, que lo paguen de su dinero y así sigan también numerarios y numerarias (profesores, administrativos, etc.,) sin mezclarse ni conocerse”. Yo con esto no veo ningún problema si los padres quieren eso y están realmente bien informados de lo que pueden hacer con sus hijos. Mientras el colegio cumpla con el temario mínimo de educación, ningún problema. El dinero público está destinado a la educación El estado no debe adoctrinar. La raíz del problema es si los padres desconocen “ese peculiar apostolado”. Todos los colegios “adoctrinan” de una manera u otra, nos puede gustar o no. Ante todo, uno debe de tener la libertad de llevarlos donde quiera, a sabiendas de las peculiaridades de cada centro y su ideología y recibir el justo concierto. Además a ningún padre/madre se le obliga llevar a sus hijos a un colegio u a otro, al menos a nivel de concertados, ya que teóricamente los centros públicos son todos iguales y en principio “neutros” ideológicamente hablando.

 

Yo creo la solución del problema, no está a nivel de colegios, si no a nivel de la institución. La Iglesia debe examinar el opus con lupa, y arreglar las deficiencias desde arriba, actuando con responsabilidad y celeridad, y sin miedos. Y si el problema es el opus en su totalidad, debe desaparecer a nivel eclesiástico.

 

En resumen: yo no quitaría las subvenciones a esos colegios, iría a la raíz del problema a solucionarlo. Y si hay un abuso, actuaría contra ese abuso.

 

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