Perdonen que no me levante.- Babayaga
Fecha Friday, 24 August 2012
Tema 020. Irse de la Obra


Se cuenta, aunque no es cierto, que en la tumba de Groucho Marx está esculpido el siguiente epitafio: “Perdonen que no me levante”. Digo esto porque me siento un poco groucho cuando leo algunos comentarios publicados acerca de mi testimonio “Otra historia verdadera” en el que, básicamente declaro que estuve muchos años, bien, en la Obra, y que cuando me fui seguí estando bien, sin rejalgar ni grandes traumas. Y que el Opus, a mi entender, hace más bien que mal a la mayoría de la gente. No parece un caso ni único ni milagroso pensar así. Se me ha llamado por eso traidor, incoherente, androide, máquina humana, fenómeno paranormal, infeliz, ser contradictorio y otras cosas por el estilo.

Parece que molesta o no se cree que uno pueda ser feliz dentro y luego fuera. Por tanto, pido disculpas a todos los que se sientan ofendidos y/o contrariados porque yo fuera dentro (figura retórica) y siga siendo ahora una persona relativamente feliz (amigo Josef Knecht: ya sabemos que la felicidad absoluta es, seguramente, imposible en esta vida, excepto en algunos momentos de plenitud). Perdonen que no me levante...

Querido atomito, empiezas a caerme simpático: Intento contestar aquí a lo que respondes (y van tres veces en dos semanas, gracias por el interés) a mi réplica relacionada con tu primera respuesta a mi escrito inicial (esto es un poco lioso, a pesar de que me he esforzado en no hacer ningún juego de palabras). Puede parecer que Babayaga-Atomito son una invención de Agustina para entretener a la peña durante los tediosos y asfixiantes días de estío, en los que ya han sido sofocados, en su mayoría, los incendios recientes (asunto Kaiser, venerable Del Portillo y otros), como se dice que hacía Franco cuando en los primeros 70 el generalísimo “soltaba al Lute”, bandolero legendario, o se escapaba reiteradamente de la cárcel y la guardia civil lo buscaba por todo el territorio nacional aliviando así el aburrimiento de los españolitos, ausentes de fútbol y conspiraciones políticas. Nada más lejos de la realidad: Agustina es inocente. Y paciente.

Por cierto, recuerdo que, asistiendo yo uno de esos veranos al curso anual en la Rábida, la guardia civil (“con el alma de charol / vienen por la carretera”, que decía García Lorca) detuvo a uno de los asistentes a la convivencia al confundirle con el mismísimo Lute. La cosa no pasó a mayores, no sé si por la intervención de don Vicentón Rodríguez Casado, o porque, cuando el sospechoso se lavó un poco después de la excursión, ya no guardaba tanto parecido con el delincuente (que con el tiempo llegó a ser profesor universitario).

A lo que iba: Resulta muy complicado razonar sobre cuestiones espirituales con personas de lo más respetables, incluso sabias (atomito, xavierdebarcelona), pero que niegan toda posibilidad de que Dios (de cualquier forma), hable a los hombres. Si alguien escucha una voz interior, es autosugestión. Alea jacta est. Atomitus dixit: “En mi opinión Jesús no es Dios, la iglesia no es de Dios, la vocación divina no existe, cuando rezamos hablamos con nosotros mismos, etc.” (Atomito en “Para Estrella. Si de algo te sirve mi experiencia”). Es textual, excepto los acentos añadidos porque lo escribió en un ordenador inglés. Y más: “ (...) en realidad, si se acepta que la Iglesia es de Dios, que está asistida por el Espíritu Santo, y que el papa es infalible en cuestiones de fe y costumbres, no tienen "derecho al pataleo". El Opus fue aprobado y reconocido por la Iglesia y su fundador fue canonizado y puesto como ejemplo a seguir por todos los cristianos. Punto y aparte”. (Atomito en “Al Opus solo se lo puede criticar desde fuera de la Iglesia”. Nuevo decreto de Atomito, que ya antes había sentenciado que los traidores al opus son a) alegres, y b) resentidos. No hay c) posible. Al pan, pan, y al vino, vino. Como igualmente ha descubierto, definido y ventilado en un párrafo cómo funciona la mente de los a) alegres: 1 (y sólo 1) negando la traición. Ha dicho, y ahí queda eso. ¡Menos mal que no me conoces! Perdonen que no me levante...

Atomito de mi corazón, me parece que pretendes hacer una foto de un paisaje panorámico con un objetivo macro. Acaso intentas reducir los colores de la vida, o de mi vida, al blanco y negro (incluso sin grises). Pero el error no es tuyo: es de la cámara. El error es que quizá debas mirar a través de tus ojos y no a través de una cámara. Si este ejemplo te molesta un poco, perdona; pero no creo que sea el caso, pues a lo largo de tus más de 130 colaboraciones en Opuslibros en 5 años, 20 años después de irte de la Obra (cifras que se me aparecen como otro misterio cartesiano, a no ser que vivas obsesionado con la Cosa), has demostrado que tienes sentido del humor.

Y esto no es un argumento “ad hominem”: es la defensa de unos principios sobre los que intentar entenderse. Porque si solo se puede hablar en términos agnósticos, o categorías no trascendentes que se acomoden en tu gran cabeza, me rindo. Si hablando del Opus o de mi vida no puedo mencionar a Dios, me rindo. Me siento maniatado y amordazado. Entonces, ¿de qué o para qué hablamos en esta página?. Es como jugar al fútbol sin porterías. Perdonen que no me levante...

Intentaré explicarlo también con un cuento. Me gustan los cuentos (esas grandes mentiras que dicen grandes verdades). El microrrelato reza (con perdón) así: “El patrón de la mina le pidió un currículum y el minero le entregó una radiografía de sus pulmones”. Es de un tal Peter Corzo. Quiero decir: Tú y otros razonan, teorizan, pedalean, piden formularios o cv sobre mi estancia y salida del opus. Yo apelo a mi trayectoria vital. Lo hago sinceramente. Te cuento lo que hay, lo que hubo. No creo que haya una, dos, tres ni trescientas maneras de vivir ni marcharse de la obra: hay tantas como personas han dado esos pasos libremente, no necesariamente, aunque tú lo pienses así, con el cerebro lavado o derretido. NO HAY DOS IGUALES, y no creo que puedan categorizarse, etiquetarse y archivarse como si fueran muestras de cagarrutas de gatos siameses, y menos sin conocerlas a fondo. Las cosas no funcionan así. La vida no es así. Yo cuento la mía como fue. Tú interprétala si te apetece o te sientes iluminado por la razón, pero no puedes siquiera aproximarte a explicar y menos juzgar una vida que no conoces ni remotamente. Cada uno se marcha como puede, como sabe, como Dios le da a entender y según su experiencia única e irrepetible: dolido, resentido, contento, agradecido, cansado, reconciliado, desconcertado, resucitado, borracho, eufórico o comiendo pipas. Y luego tú, yo, cualquiera, puede elucubrar sobre si yo canto por soleares, el fundador era santo, oyó campanas el dos de octubre de autos, si todos y cada uno de los curas numerarios se han ordenado válida y libremente, o la abuela fumaba a escondidas y tía Carmen tuvo cinco novios, dos de ellos transexuales. Eres muy dueño. Yo también. Allá cada cual. Viva la libertad y la variedad y el respeto, que son, seguramente, algunos de los mejores valores de Opuslibros.

Otra cuestión que no tiene nada que ver pero que no quiero pasar por alto: A Claire Fischer no le gusta que Gervasio sea cooperador. Magnífico. Sin embargo, estremece que ansíe “graves sufrimientos en esta vida y en la otra” a alguien, en este caso a “bastantes responsables de la Obra”. ¿Dónde puedo leer tu testimonio, para entender esas ansias justicieras en nombre de Dios? Y encima una ínclita historiadora (sin historia en Opuslibros, ¿por qué?) lo aplaude, plas plas. A mí, en cambio, me dan ganas de llorar, snif, snif, y quiero que conste por escrito. Yo el infierno no se lo deseo a nadie, ni siquiera a Hitler y Stalin, los grandes carniceros la Historia.

Creo que ya basta por hoy. Queridos todos, me temo que mi trabajo no me permite seguir el ritmo de réplicas y contrarréplicas llevado hasta ahora. Escribiré algo de vez en cuando, pero en los próximos meses no podré contestar a todos siempre ni puntualmente.

Un sincero abrazo, especialmente para Atomito.

Babayaga
brujababayaga@gmail.com





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