Preguntas a un traidor alegre.- Atomito
Fecha Monday, 13 August 2012
Tema 020. Irse de la Obra


Estimado Babayaga:

Yo le llamo “traidores alegres” a aquellos que fueron numerarios del Opus por varios años, llegaron a ocupar cargos de dirección, y luego un día se van de la institución sin ningún tipo de trauma ni trastorno, el Opus no les hace ningún problema sino al contrario, y una vez afuera conservan una buena relación con la organización y un buen recuerdo de ella. Tu eres un caso paradigmático de traidor alegre.

Si vamos a creer que el Opus es obra de Dios y Escrivá su fiel ejecutor, tu eres un traidor exactamente como todos los otros que nos fuimos resentidos y que hoy escribimos pestes de la institución en estas páginas. Dios te había llamado para santificarte en el Opus, viviendo una vocación para la cual te destinó desde toda la eternidad, y tu lo has traicionado, vendiste la vocación por un plato de lentejas, pusiste la mano en el arado y miraste para atrás y lo negaste a Jesucristo en su hora más amarga. El hecho de que ahora estés feliz y no se te haya cumplido la maldición del rejalgar, no cambia nada el hecho de que sos un traidor como todos nosotros...



Hay unas cuantas cosas que no entiendo sobre cómo piensa un traidor alegre, porque asumo que no eres un tonto ni un inculto, pero es que hay una cantidad de contradicciones que no sé cómo las resuelves y me gustaría que me las explicaras, si eres tan gentil para tomarte la molestia.

1. Cómo es el tema de lo que Dios te habla en la oración

Cuando ingresaste al Opus, tanto tú como los directores de turno, no tomaron la decisión frivolamente sin pensarlo, sino que lo tuvieron que llevar a la oración y ver en ella cuál era la voluntad de Dios. Del mismo modo, cuando te fuiste del Opus, nos cuentas “iba rezando el rosario por la calle y palpé, así, palpé, sentí profundamente una gran paz. Y oí una voz interior: “No temas, estoy contigo, siempre estaré contigo”.

O sea que en cierto momento Dios te dijo claramente que entraras al Opus, y años después te dijo que te fueras. Yo no tendría mayor problema en aceptar esto, si no fuera porque Escrivá explicó claramente una y otra vez, y así se le deja claro a todo el mundo, que la vocación de numerario es del todo y para siempre, que no existe la vocación por un tiempito. Tú nos dices que crees que la obra es de Dios, y Escrivá no fue un estafador que nos engañó, sino un santo. Cómo me explicas entonces esta obvia contradicción?

- Es que Dios se equivocó y luego rectificó?
- Es que cuando pitaste, vos escuchaste la voz de Dios que te llamaba, pero en realidad escuchaste mal y Dios nunca te llamó?
- O es que cuando te fuiste, y sentiste esa voz interior, en realidad no era la voz de Dios sino del Diablo?

No te parece que lo más razonable es admitir que cuando sentiste la voz de Dios en la oración, tanto al entrar como al salir, escuchabas la voz de tu insconsciente? Si asumimos esto, entonces todo cierra, todo es sencillo y se explica sin necesidad de buscar razonamientos retorcidos que traten de explicar lo inexplicable.

2. Cómo es que hay tantos directores que no tienen vocación al Opus Dei ni gracia de estado, pero el Opus sgue siendo una obra divina

Nos cuentas que la gran mayoría de los que se van del Opus son como tú, es decir, traidores alegres. Si a eso le sumamos que un porcentaje muy alto de la gente de la obra, incluso directores, tarde o temprano se van, llegamos entonces a la conclusión (por un razonamiento simple y obvio) que un porcentaje importante de los directores que hoy están tomando decisiones, que deciden quienes pueden entrar y quienes no, que están a cargo de transmitir el espíritu a los nuevos reclutados, de elevarlos por el plano inclinado, etc., el día de mañana se irán de la institución, porque en realidad no tienen vocación. No fueron llamados por Dios para ser del Opus, y por tanto no tienen gracia de estado para ejercer la dirección que en este momento ejercen, y no son ni nunca fueron entonces ellos mismos Opus Dei.

Todo es mucho más simple y más claro, si pensamos que la vocación divina al Opus Dei no existe, y el Opus es una empresa puramente humana. Los que ocupan cargos de dirección simplemente fueron elegidos por seres humanos, para hacer una tarea humana, y no necesitan ninguna gracia de estado. Pero si vamos a admitir que la obra es de Dios, y que los traidores alegres que hoy gobiernan el Opus no tienen vocación ni gracia de estado, todo se vuelve muy confuso e inexplicable.


3. Cómo es que mantienes una buena relación con la institución (y ella contigo) cuando nuestro padre dejó claramente indicado cuál debía ser el trato con los traidores

El vademecum del gobierno local dice muy claramente lo siguiente:

Es preciso evitar todo lo que pudiese contribuir a dar —a los interesados y a los que son fieles a su vocación— la impresión equivocada de que “no ha pasado nada”, de que la infidelidad no es algo muy serio [...] los Directores han de tomar las medidas —dictadas por la caridad y por la prudencia— para que no se perturbe el buen espíritu de los demás, ni se creen confusiones o situaciones equívocas. Se perturbaría o se confundiría, por ejemplo, si mientras no transcurran muchos años, se les permitiera que fuesen por nuestros Centros con demasiada frecuencia y confianza, o se les invitara a comer allí; si se tuviera con ellos una excesiva familiaridad, en el trato y en las conversaciones; si se les contaran cosas de la vida en familia, o si se les hiciera intervenir prematuramente y con cierta autoridad y responsabilidad en actos o en trabajos relacionados con la Obra y que, por ser públicos, pudieran tener una cierta difusión.
Tampoco resulta oportuno, de ordinario acudir a su boda, al bautizo de los hijos, etc.
No resulta tampoco oportuno que, después de abandonar su camino, comiencen a colaborar con personas de la Obra en trabajos profesionales de los que obtengan un beneficio material.


De forma que los miembros del Opus que no te hicieron el vacío y no te hicieron problema para ir por sus centros, no vivieron el espíritu de la obra como Dios se lo transmitió al santísimo fundador. Lo que corresponde es hacerles una corrección fraterna.

Resumiendo:

Por poco sentido común y coherencia que una persona inteligente y culta tenga, lo razonable es admitir que uno fue engañado, que se creyó la estafa de la vocación divina, se metió en una institución humana con fines humanos, y al cabo del tiempo se dió cuenta de que no era feliz y que su vida no tenía sentido, y decidió entonces volver al tipo de vida que hace la mayoría de la gente.

Por qué necesitas complicarte con elucubraciones del tipo de que “iba rezando el rosario por la calle y palpé, así, palpé, sentí profundamente una gran paz. Y oí una voz interior...”? Por qué piensas que una organización que engaña a la gente y miente sistematicamente es de Dios y le hace bien a la gente? Cómo puedes vivir con tanta incoherencia? No llegas a ver que hay algo que no cierra? No te parece que le estás buscando la quinta pata al gato?

Atomito

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