Como vine a quedar...- Carlos 88
Fecha Monday, 13 August 2012
Tema 040. Después de marcharse


El que no quiera leer estas líneas, que no lo haga con toda paz. Que viva siempre la libertad. Es una simple catarsis.
 
El sentimiento de la poca valía personal es un problema muy grande y muy serio al menos en mi persona. Me encantaría saber que es un problema recurrente en muchísimas personas más para no sentirme solo en medio del pantano y saberme acompañado, pero mi mente atrofiada por la lógica hiriente que me impregnó el Opus Dei me impide calificar el problema como algo común, sino como una situación que solo yo vivo de manera personal. Me siento sumamente desganado de todo. Mi rostro no muestra ninguna sonrisa. Más bien se ve bien marcado por unas negras ojeras, y con un tono triste y desencantado de la vida. Muchísimas veces he pensado y he sentido (mirad como concuerda mi mente y mi corazón en ciertas ocasiones como la presente) que si me hubiesen dado a elegir entre nacer y no nacer, hubiese jamás querido venir al mundo, y no haber tenido que pasar por toda esta travesía llamada Vida que me ha tocado andar.
 
La libertad de las personas me parece algo descomunal, precioso, impresionante y enorme. Tiendo a creer que no hay nada escrito. Ni un destino. Ni un plan "divino" diseñado por Dios para que tal o cual sea ingeniero o panadero. Me quedo pasmado al contemplar las consecuencias de todos mis actos. Y es cierto. Soy yo quien tiene en sus manos la llave para salir de la carcel de miseria en la que estoy encerrado, pero necesito denunciar que mi voluntad está profundamente herida, desnutrida y desinflada. Puedo decir absolutamente lo mismo con la ilusión por despertar y vivir un nuevo día. Lo mismo por la motivación por mis metas, que existen, son asequibles, medibles y reales, pero que mi voluntad no logra cuajar. En medio de todo este desierto un día de estos vino a mi un buen samaritano. No va a misa los domingos, por cierto (o sea que no solo los santos te pueden ayudar, sino aquel que lo quiera, le nazca y lo deje florecer. Digo santos en referencia a mucha gente del Opus, pues eso es lo que creen entre ellos mismos, aunque al menos a mí me hayan roto quizás sin quererlo, mis ánimos y mi inteligencia intrapersonal a un grado fuerte). Volviendo al punto, este amigo me regaló un vaso de motivación por la vida. De esperanza. De alegría e ilusión. Me lo tomé con urgencia y gran sed, y pese a que ya se me acabó, sus consejos me han quedado haciendo eco como campanadas en mi cabeza, y espero (con miedo de mí mismo y mi enfermo mundo interior) poder llevarlos a la acción y lograrlos.
 
Al que leyó lo anterior brindo las gracias, por darme una pequeña oportunidad de desahogarme y darme un poquito a entender.
 
Carlos88
 
PD: ayer pasé frente a una iglesia donde siempre está Jesús sacramentado. Quise bajarme a decirle algo. Pero me dí cuenta que no tenía absolutamente nada que decirle, ni qué pedirle, ni qué hablarle. Siento que yo soy un cero a la izquierda en este espacio de tiempo y espacio que tengo, y creo que estoy demasiado perdido en mis errores como para pedirle algo a Dios, pues tristemente sería por gusto. Al final yo termino con la culpa de todo. Ojalá todo ese peso me hunda de una buena vez, y que la muerte me agarre arrepentido, para partir a la casa que Dios nos tiene preparada.








Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=20082