Tiempo de reparar.- Segundo
Fecha Friday, 03 August 2012
Tema 020. Irse de la Obra


Tiempo de reparar
Segundo, 3/08/2012

 

Actualmente el Opus atraviesa una crisis de dimensiones planetarias impensable apenas hace quince años. La institución exhibe tanto una deserción masiva de vocaciones como una esterilidad apostólica sin precedentes. La “madre guapa” presenta hoy el rostro de una abuela gruñona  que recorre los tribunales demandando a los más débiles. Basta recordar que esta web está en juicio por la publicación de las normas secretas contenidas en el documento titulado “Catecismo” pero el mismo se puede leer cómodamente en formato pdf en el diario “El País” quien ha cumplido con su deber de información. No me consta que el Opus haya demandado al Grupo Prisa...



Las causas de esta decadencia son ampliamente conocidas. Basta con apuntar algunas. En primer lugar, es una institución con un carisma apócrifo; se sabe que Escrivá “vio” pero nunca se supo qué vio. Luego se rige por un sistema de gobierno emanado de la pluma de unos controladores compulsivos. Finalmente, ese sistema se funda en una ética formalista que promete la salvación mediante el cumplimiento de una serie de normas y pronostica la condenación a quien abandona la “barca”. De allí que del Opus no se va el que quiere sino el que puede.

 

Este perfil institucional ha causado daños significativos. Los que hemos padecido lesiones caminamos por las calles de Madrid, México (DF), Buenos Aires por citar algunas ciudades. Otros optaron por la vía del suicidio “legal” descuidando su salud cuando sus ojos se abrieron al fraude. La mayoría hemos transitado un camino de recuperación de nuestras vidas.

 

La institución – protegida por el silencio de la jerarquía eclesiástica - no advierte su deber de reparación en justicia y mucho menos en equidad. No menciono la expresión caridad por temor a que las autoridades opusinas no comprendan cabalmente su significado cristiano.

 

No se me escapa que cualquier integrante de la institución que lea estas líneas se reirá o se enfadará pero ello no me impide proponerles un camino de sanación.

 

Ese camino comienza con otra fundación. Bajo este aspecto la iniciativa presenta una cierta analogía con 1928 pero esta vez la visión es nítida y sin campanas que lleven a confusión.

 

La iniciativa estará a cargo de un Congreso General Especial que anunciará, en espíritu de reparación y purificación institucional, la creación de un ente de bien público denominado “Padre Escrivá”. Como se advierte nada de monseñor ni títulos de nobleza ni multitud de apellidos; “Padre Escrivá” a secas. Actitud de despojo en serio.

 

El objetivo de la fundación consiste en reparar las lesiones causadas a quienes habiendo realizado la fidelidad abandonaron el Opus. En el cumplimiento de este objetivo tendrán prioridad absoluta las numerarias auxiliares y administradoras. La misión es simple, precisa nada de “misioneros con misión sin llamarnos misioneros” o lo “raro de no ser raro sino… rarísimos”.

 

En consonancia con ese objetivo la primera tarea de la entidad – inmediata - será “hacer la lista”. En esto el Opus es experto y sus registros exhaustivos.

 

Luego la entidad procederá a la reparación que consistirá en proveer a las damnificadas/os de los siguientes bienes: 1) Vivienda; 2) Un ingreso digno de por vida; 3) Protección de la salud.

 

A todas/os se les ofrecerá estos bienes asegurando un nivel de vida semejante al de las numerarias vip. La fundación renunciará a cualquier tipo de discusión o regateos sobre este aspecto. Se limitará, sencillamente, a pagar.

 

Asimismo ofrecerá la devolución del total de las sumas aportadas por los pocos numerarias/os que tuvieron un trabajo profesional y entregaron sus ingresos siendo previsible que algunos declinen el ofrecimiento. En este supuesto, la entidad “Padre Escrivá” donará de inmediato las sumas adeudadas a entidades acreditadas en su lucha contra la mortalidad infantil.

 

En este camino de reparación las autoridades prelaticias realizarán un aporte inicial equivalente al doble del monto gastado en ese emprendimiento cinematográfico, tan aburrido como autorreferencial, dedicado a no recuerdo qué encuentro con dragones.

 

Los damnificados esperan; sus lesiones imperceptibles acusan de modo silencioso a la institución y a la jerarquía eclesiástica, quien pareciera esperar algún hecho ruidoso para interpelar a una entidad que la desprestigia. Mientras que el Opus no asuma su obligación de reparar conservará ese rostro de anciana gruñona rica en bienes materiales pero estéril sin atractivo alguno.

 

Segundo







Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=20059