Estimados Ana Azanza y Trane:
Apoyo con mi testimonio-grano-de arena la tesis de Ana de que algo se ha movido a partir del sangrante caso de Kaiser. Yo me he dado de alta en la web, me he enfrentado a escribir en ella mi primer testimonio, y he compartido mi indignación con un familiar, escritor y jesuita claramente posicionado en la línea de OpusLibros.
No estoy tan de acuerdo con Ana en no tener motivos para avergonzarme de haber sido numeraria. Trabajando en un Colegio de los antes llamados obra corporativa, no es fácil olvidar la injusticia de haber tratado desigualmente a las alumnas, la violencia ejercida sobre las conciencias, las armas de manipulación, las lágrimas provocadas el ejercer de "sembradora de paz y alegría"...
Admiro tu postura beligerante porque es una causa que se lo merece, pero mis heridas deben estar cicatrizando de otra manera, y yo por ahora he prometido ver la alegría, escarmentar de la experiencia y rechazar la violencia como Rosario Flores:
Si pudiera olvidar todo aquello que fui
si pudiera borrar todo lo que yo vi
no dudaría, no dudaría volver a reír
si pudiera explicar las vidas que quité
si pudiera quemar las armas que usé
no dudaría, no dudaría en volver a reír
Prometo ver la alegría
y escarmentar de la experiencia
pero nunca, nunca más
usar la violencia
Si pudiera sembrar los campos que arrasé
si pudiera devolver la paz que quité
no dudaría, no dudaría volver a reír
si pudiera olvidar aquel llanto que oí
si pudiera borrar, apartarlo de mi
no dudaría, no dudaría en volver a reír
Prometo ver a la alegría
y escarmentar de la experiencia
pero nunca, nunca más usar la violencia
Si pudiera olvidar todo aquello que fui
si pudiera borrar todo lo que yo vi
no dudaría
no dudaría volver a reír
Prometo ver la alegría…