La piedra que desecharon los constructores.- Class
Fecha Wednesday, 25 July 2012
Tema 100. Aspectos sociológicos


Corrían finales de los ochenta y principios de los noventa, Pamplona era una fiesta de “vocaciones”, incluso habían “vocaciones” de numerarios con cierto uso de razón (18/20 años). Mientras las órdenes religiosas y los seminarios sucumbían a un descenso vertiginoso de sus vocaciones. Y para más INRI, la cosa se jactaba de ello.

 

Cuando oía los comentarios jocosos, me horrorizaba, pensaba dentro de mi: “Cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar”, no lo podía decir ya que si lo hacía, me considerarían que estaba en “mal plan” y eso no interesaba, al menos en aquel momento. Yo no me enfrentaba, era una persona de silencios, no por cobardía, era por la inutilidad de comentarles las cosas a los directores, ya que eran incapaces de entender, iban con las orejeras puestas y sólo escuchaban lo que estaban dispuestos a escuchar, es decir, lo que les mandaban que escuchasen.

 

Cuando los directores oyen o escuchan algún comentario que no deben de escuchar, se empiezan a cortocircuitar los circuitos neuronales, pudiendo haber reacciones de lo más variopintas y extrañas, pero nunca hay reacciones normales. Por eso existe Opuslibros. Si la cosa quiere cerrar Opuslibros, lo tiene muy fácil, que empiece a escuchar y acoger a los EX, y les de una salida digna. Pero como la falta de diálogo y la sordera es una característica casi fundacional, esta posibilidad es humanamente imposible.

 

A lo que íbamos, que me estoy desviando del tema, las “vocaciones” en la cosa van a ir en brutal descenso, como un avión tocado y envuelto en llamas. Es normal. La sociedad ha perdido la noción de Dios Verdadero, ahora hay otros dioses (el dinero, el cóctel de Jesús/Buda, la energía positiva, el buen rollete, las estrellas del tarot, el relativismo, lo que yo diga…). Y esos diocesillos de medio pelo, han calado fuerte en nuestra sociedad, ya que son consecuencia de una falta de raíces y de transmisión de la fe (si es que la hubo alguna vez).

 

Cómo le puedes hablar de pitar a una criatura, si no sabe ni el Padre Nuestro, y la primera duda que le entra, cuando le preguntas sobre el Padre Nuestro, es si es su padre o el mío. Con un nivel tan bajo, técnicamente no puede pitar nadie, y en las escuelas de fomento/opus, como es de suponer, que son los semilleros, los padres no apoyan y la gran mayoría de chavales conviven con una dualidad, que en muchas ocasiones los traumatiza o los inmuniza o los lía aún más.

 

Muchos directores seguro que recordarán esas piedras que desecharon en la época de la abundancia, en que eligieron las más “pijas”, las más “guapas” o las más “ricas”… y las otras, las tiraron por el camino, hay que joderse. Piensa director, si aún estas ahí, el dinero se va, la pijería sin dinero “na” de “na”, y la guapura con el tiempo se esfuma. Todo humo.

 

Por lo tanto, por lógica humana, que la mayoría de veces coincide con la divina, no va a pitar ni el apuntador. Ya que el punto de partida del apostolado de la cosa es gente ya formada o hijos retroalimentados de los supernumerarios, una especie aparte. La cosa es un ave de rapiña apostólica (según la RAE una de las acepciones es 2. f. coloq. Persona que se apodera con violencia o astucia de lo que no es suyo”.) y actualmente hay poca cosa a rapiñar, y lo que se puede rapiñar es malo. Por lo tanto a morirse de hambre, no queda más.

 

Hasta la extinción

 

Class









Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=20024