Otro gallito en el corral.- Bastián
Fecha Friday, 20 July 2012
Tema 010. Testimonios


Ha aparecido otro gallito en corral ajeno. El bueno de Argus, de un plumazo con la pluma, que si no sería espolonazo y para eso hay que tener mucha cresta, afirma que la mayoría de quienes escriben en la web no saben de lo que hablan. ¿Está seguro? Creo que no. Ayer mismo tenía para medir sus palabras el testimonio de InocenteObdulia. Y parece que éste sí sabe de qué habla, ¿o tampoco? Si lo dice por el italianizante aficionado, de acuerdo.

 

UNA REFLEXIÓN: ¿SE ESCONDEN?

 

Y ahora una pequeña reflexión mientras cuento los días para desaparecer de este asfixiante calor del Levante ibérico. ¿Por qué razón o motivo está desapareciendo el marchamo "obra corporativa" de los habituales centros del Opus Dei que existen en España, en todas sus capitales de provincias, y en muchísimas otras ciudades?

 

Y no me refiero a los colegios de Fomento de Enseñanza, que nunca han sido obras corporativas, si bien siempre reconocieron que están bajo la acción (de) formativa del Opus Dei. Inciso: Viaró en San Cucufate del Vallés, Gaztelueta en la proletaria Neguri bilbaina, Brafa, Xaloc y Canigó en Barcelona, y Tajamar en Madrid, son obras corporativas desde su fundación aunque ahora creo que se las denomina Apostolado corporativo del Opus Dei. Fin del inciso.

 

Me refiero, fundamentalmente, a los clubes de niños y niñas -por separado, ojo, que las preña el diablo- que antes, cuando salían en reseñas de prensa por impartir en ellos una charlita de algún conocido personaje de la vida pública, generalmente deportistas, cantantes píos o profesores universitarios de la cuerda, se decía claramente que era una cosa del Opus. Ahora, como mucho, se indica que el tal club (o cluba) es una cosa organizada por papás y mamás. ¿Hay cosita más linda?

 

Y otra novedad, otro inventito para cazar pájaros (y pajaritas) con liga: las oenegés que parecen oenegés pero que en realidad son manejadas por numerarios y numerarias del Opus Dei para atraer a incautos adolescentes con los que hacer proselitismo y conducirlos al pitaje: a entregar su vida al Opus Dei, porque esos oenegistas o unos extraños colaboradores que giran a su alrededor como los electrones en torno al núcleo del átomo, les aseguran que Dios los llama. ¡Eh, tú! ¡Despierta! ¡Que te llama Dios! Y claro, Dios siempre llama al Opus Dei a los que aparecen por esas oenegés que parecen oenegés y puede que lo sean, pero con truco.

 

Uno de mis nietos me vino hace poco ilusionadísimo con un viaje a la India para ver pobres, moribundos y oler a mierda organizado por una oenegé que se llama Cooperación Internacional. Me pareció bien eso de ir a la India, porque así aprenderá que se puede vivir sin hacer nada más que estar sentado en la calle esperando que vengan los turistas y te rasquen la espalda, en lugar de prenderle fuego al palacio del gobernador o asaltar el parlamento y las instituciones de un país corrupto cuyo gobierno permite el lamentable espectáculo de la gente muriéndose de hambre para que los occidentales ricos se sientan tocados en su corazón egoísta. Bueno, que me voy por el Ganges. Que me pareció bien que fuera a la India -y le ayudé a pagarse el viaje, a él claro- pero le dije que me extrañaba muchísimo que una oenegé solo tuviera socios machos, es decir, que no iban chicas a la excursión. Y eso, en la vida normal, entre cristianos corrientes, no es corriente; es muy raro. Hasta en las parroquias andan chicos y chicas conjuntamente empeñados en obras de caridad, apostolados sociales y otras actividades culturales y religiosas. Cuando algo es solo para chicos o para chicas, ya sé que anda por medio el marqués y sus hijos.

 

Parece que se esconden. Y puede que tengan razón, porque si dicen abiertamente que se trata de una actividad proselitista del Opus Dei, iba a ir don Álvaro, que entre sus santísimas virtudes y habilidades puede que tuviera hasta la de la ubicuidad, como San Antonio María de Ligorio.

 

Y para Argus y Diletante, a entrambos, !pax!; y que ahora que estáis en vuestro curso anual aprovechéis para descansar, sobre todo de la cabeza, que es muy necesaria para pensar... ¡Esa manía diabólica! Escriba Albás dixit.

 

Bastián.









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