Pues yo me siento triunfador.- Manzano
Fecha Friday, 13 July 2012
Tema 020. Irse de la Obra


De la movida del fracasado Diletante le he sacado un gran partido personal, aunque realmente también me ha dado una pena inmensa ese chico leyendo su último escrito explicando como se siente un fracasado por haber abandonado la opus.

 

La sensación de fracaso que una persona normal pueda sentir al pasar de la jaula al mundo libre debiera durar muy poco. Es un síndrome entendible, pero él parece tener asumido que le durará toda la vida. Creo que debe ser algo innatamente patológico, nada que ver con la cosa, digo yo.

 

Tarados, lo que se dice tarados lo estamos todos un poco y de forma diversa. Son gajes del oficio, pero peor lo tienen los que están ahí dentro que ni siquiera pueden tener libertad de conciencia plena para notarse defecto alguno. Cuanto más director, menos sensibilidad. Cuando abandonen, tarde o temprano la mayoría, les crecerá la semilla. Ese brote de sensibilidad natural se expandirá por su mente después de que la tuvieran aletargada, hibernada, por poco o mucho tiempo. Quizás empiecen a notarse alguna tara, incluso antes de lo que creían. También algún dolor, el de sentirse fracasados quizás, pero ese duelo desaparece más rápidamente de lo que las pseudo-profecías de los gerifaltes de Villa Tévere dejaron escrito. Una evidencia más de la falsedad de tanto teatro espiritualoide.

 

Una buena medicina para dejarlo atrás eficazmente es justamente esta web. No voy a profundizar en los beneficios sanatorios más de lo que ya se ha escrito y dicho. Pero si quiero dejar claro que a poco de ver la luz del otro lado tras abandonar el falso arado, un@ se siente liberad@ y triunfante. Y cuanto más leas opuslibros más triunfante. También más indignado y escandalizado con la cosa, pero eso es otra cuestión.

 

Seguramente el ex-hermano Dilitante entraría ahí sintiéndose ya un fracasado de la vida y buscaría un disolvente, una cobertura de éxito efímero dentro de la institución para disimular su problema personal. ¿Y qué mejor terapia que aliarse con unos que van de perfectos y divinos por la vida? Ahí dentro, la “inmaculada” institución disimula lo que haga falta, pero especialmente el fracaso y a los fracasados. El fiasco se lo llevan ellos a cada abandono, por mucho que lo ignoren de puertas a fuera.

 

En definitiva, que la salida de alguien del Opus Dei es y será siempre un fracaso, su fracaso, el institucional, nunca de la persona. Quién fracasa es quién no ha podido retener un eslabón de su entramado, de su cadena -la nuestra mientras fuimos parte-. Ellos tienen que asumir el fracaso estructural (absolutamente rutinario) de no haber hecho diana al venderle una especie de vocación a un sujeto, sea por fallo mecánico o porque la gracia de estado que asistía al jefe de turno se fue aquel día de excursión y el pobre erró el diagnóstico.

 

Una persona de buena voluntad con ganas de servir a Dios y a su Iglesia jamás puede sentirse fracasado en nada y menos en ese sentido. Una institución que diseña la mentira usando el nombre de Dios y de la Iglesia para su propio beneficio sí, es más, está destinada al fracaso absoluto. Tiempo al tiempo. Salir de allí es simplemente un éxito personal de cada uno de nosotros, lo demás son una suerte de fobias opusianas en forma de virus rejalguinos que huelen más a azufre que a azahar. Finalidades mercantiles con argumentos divino-coercitivos especialmente diseñados para pescar buena gente. Bueno, la mayoría. No hay que torturarse más.

 

Por tanto, ahora más que nunca y al leer a esa pobre alma amargada y anegada de fracaso, me siento mejor que nunca. No te olvidaré en mis plegarias amigo, gracias, pero si encima te defecas tan agriamente sobre la cosa, demuestras sin duda que ahí dentro tampoco curaron tu dolorosa afección psicótica.

 

Aire fresco y buen verano compañer@s!

 

Manzano









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