Tras leer la sentencia de kaiser, desde cualquier punto de vista cruel y exagerada, queda ya poco que decir.
Qué le vas a pedir a semejante institución sectaria en la que el fin, su fin, siempre justifica los medios.
Solo recordarles el octavo mandamiento.
Aunque para lo que va a servir...
Verdad y libertad.
Un fuerte abrazo.
Mariki
Para Diletante: No me creo nada de lo que cuentas. Quizá sea por el aire viciado que respiro que me afecta a las neuronas. Es lo que tiene ser exalcohólica. Agustina, estamos contigo.