Kaiser al paredón.- Atomito
Fecha Wednesday, 04 July 2012
Tema 010. Testimonios


El Opus ganó la batalla. Kaiser acabó preso por osar levantarse contra el monstruo. Pero ganó realmente el Opus? Qué ganó? Si el Opus se presentara a sí mismo como la mafia de Al Capone, definitivamente esto hubiera sido un triunfo. Pero el Opus pretende ser la tabla de salvación para la humanidad, pretende ser un ejemplo de virtud, la encarnación del espíritu predicado por Jesucristo.

Y ahí es que empiezan los problemas: los que actualmente son, y los que fuimos directores en algún momento, sabemos que el Opus evade cargas sociales siempre que puede. Yo fuí secretario de la residencia Montefaro en Uruguay en los años 80, y puedo hablar de lo que ví con mis propios ojos. Como secretario, yo llevaba la caja y la contabilidad del centro. Y como yo, tantos miles que son o fueron directores de la institución. Por eso cuando el Opus utiliza su poder terrenal para masacrar a un individuo que dice la verdad, por poco sentido crítico u objetividad que a los miembros del Opus les quede, algo adentro tiene que rebelarse e indignarse ante este atropello.

El Opus argumenta que le interesan todas las almas, pero que por un tema de estrategia o de táctica, empieza por los intelectuales y los que tienen más recursos, porque así es más fácil llegar más rápido a más gente. Es un argumento curioso, porque ni Jesucristo ni los apóstoles usaban esa táctica, y aparentemente les iba mejor que al Opus. Cuando el Opus le pasa por arriba a gente como Kaiser, o la ex-auxiliar francesa que los denunció hace un tiempo, es que se ve cuál es la verdadera razón para esta curiosa táctica.

Si de algo sirve la historia reciente, todos los dictadores y opresores de los últimos tiempos que sufrieron rebeliones, acabaron mal, a pesar de que usaron toda la fuerza del poder para aplastar a los rebeldes: Mubarak, Kadafi, ahora le está tocando el turno a Bashar al Assad. En la era de las redes sociales, de internet, de los smart phones, pretender acallar a los rebeldes con garrotes o con demandas judiciales, no funciona. Los directores inspirados por Dios deberían tenerlo claro.

Atomito









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