Queridos lectores: quiero suscribir la idea de Fletcher, en su respuesta a Canaya: la posible evangelización del Opus Dei. Si tal cosa fuera posible, habría que deshacer multitud de entuertos, muchos de ellos más que quijotescos. Los entuertos de un catecismo propio, que en nada ayuda al oficial de la Iglesia católica. La teología cerrada y particularizada que poco se asemeja al amor de Cristo, ni le apoya, ni lo secunda. La moral basada en el pecado respecto a la misericordia divina en una proporción de 95/5. La contaminación opusdeística de tantas almas que enrarece el aire limpio del amor de Jesucristo. La malentendida y malpracticada charla fraterna o confidencia que adolece de todo amor. La confesión canalizada y dirigida que empequeñece y/o anula el verdadero propósito de la enmienda. El entuerto de la manipulación. El de la creación de vocaciones exprés. El de la desaparición de vocaciones. El de la traición a su dios. El de la suplantación Obra = Iglesia. El de las amenazas de condenación. El de la obsesión por el sexo. El del menosprecio a la vida con el consentimiento de las formas violentas. El del control injustificado de las lecturas, de la correspondencia. El del control de la familiosis. Deshacer el entuerto del dinero, su diosecillo. Deshacer el entuerto de las forzadas o, al menos dirigidas, vocaciones sacerdotales. Deshacer el entuerto de la inexistente justicia social hacia los miembros que trabajan en obras internas.
En fin queridos lectores, no quisiera pecar de... “más de lo mismo…” Pero entuertos haylos. Y uno de los mayores es la falta de visión de la viga en el ojo propio. La capacidad de juzgarlo todo. Hasta lo que Jesús nos dice que no juzguemos pues en esta misma medida seremos juzgados.
¿Dónde está la capacidad de dirigir de la Iglesia para con estos grupos que SIGUEN DESTROZANDO VIDAS, qué siguen destrozando familias, que son responsables del abandono de la Iglesia de Jesucristo, que siguen creando sentimientos de odio y no de amor, que siguen llenando maletas y petates de insoportable peso para el buen cristiano, que siguen abocando a multitud de almas a la desesperación, que obligan a las conciencias a sobrellevar pesos de culpabilidad de por vida?
¿Se puede evangelizar al Opus Dei? Pongamos esperanza. Al menos, cuando algo no es cristiano, se puede cristianizar. Sólo que, si hacerlo supone esperar estos 35 años, como en muchos de los casos que leemos, va a ser difícil.
Perladeladriatico
