A vueltas otra vez con las prelaturas.- Ana Azanza
Fecha Monday, 25 June 2012
Tema 125. Iglesia y Opus Dei


Estimados Orejas,

 

Volvemos al tema canónico de la prelatura personal. Ahora debido a los que se quieren "reintegrar" en la obediencia a Roma. Los integristas tienen la idea de que ellos son los santos, los que están en la verdad, y todos los demás equivocados. Si vuelven no lo van a hacer como pecadores arrepentidos. El espíritu es más bien "al cabo de cuarenta años se demuestra que teníamos razón y es el propio Papa el que lo reconoce." Esto es un lío y a mi parecer una traición al Concilio Vaticano II de primera magnitud. Sólo el aspecto del antisemitismo manifiesto que se puede observar en sus webs me parece vomitivo.

 

No me voy a molestar en leer el artículo del Vicario General del Opus Dei en el Osservatore Romano recordando "no se sabe a quién" que el concilio es irrenunciable. Benedicto XVI parece tener prisa en este logro personal contra la opinión de muchos católicos. Choca el antisemitismo de los lefebvrianos, choca su no asunción de la libertad religiosa, choca su defensa de que sólo hay una verdadera religión, choca la carrera tras ellos haciendo esfuerzos por reintegrarlos mientras se condena a teólogos y monjas que nunca dejaron la obediencia a Roma. Es profundamente injusto e indignante...



Así que me parece tan nefasto que lo de menos es si quieren ser prelatura personal, ordinariato o conjunto vacío.

 

Pero como la prelatura personal nos toca tan de cerca he estado releyendo lo que en agosto-septiembre de 2010 se dijo en la web a propósito de los comentarios al catecismo de Gervasio y de la traducción del documento completo sobre la reunión al más alto nivel que tuvo lugar en el Vaticano en 1981 y en la que participó el Papa ahora reinante. ¿Se acordará Benedicto XVI de aquella reunión y de lo que en ella dijo?

 

Incongruencias e incoherencias en este asunto:

 

Se dice en el canon 294 "La prelatura personal se erige oídas las conferencias episcopales interesadas", en el caso del Opus Dei la prelatura personal se erigió sin contar con ninguna conferencia episcopal que se sepa. Y si se erige una para los seguidores de Lefebvre tampoco va a ser una decisión de los obispos de Francia ni de Suiza ni de Alemania, va a ser una decisión papal en exclusiva. La cuestión está en la palabra "oídas". Oír se puede oír como quien oye llover.

 

Releyendo esos cánones y comparando con la historia de la única prelatura personal real la falacia es manifiesta.

 

La prelatura personal fue una creación de los canonistas del Opus Dei que dieron la chuleta a sus únicos obispos participantes en el concilio, Nicanor dio testimonio de ello: Orbegozo y Sánchez Moreno, obispos peruanos.

 

Cuando se habló de la Misión de France ya expuse mis dudas sobre que si la Misión de France quería esa figura, ¿por qué no se abalanzaron sobre ella terminado el concilio?

 

Fue un invento del Opus Dei para el Opus Dei. El Opus Dei al idear la prelatura personal no pensó en solucionar problemas generales de la iglesia universal. Tenían su propio problema, desengancharse lo más posible de la jurisdicción de los obispos con la linda excusa de que ellos sólo dan cuenta al Papa. La prelatura personal se concedió al Opus Dei, entidad que existía como instituto secular desde 1950. Eso es historia, lo que de ningún modo es historia es lo que pone en el código: Que el Papa o los obispos necesitaran "segregar" ciertos curas de una diócesis para incardinarlos a las órdenes de un prelado "con una particular tarea pastoral". La prelatura personal no está pensada para atender a inmigrantes ni a marinos de viaje por el mundo ni a estudiantes. Está pensada para facilitar el mando del prelado del Opus Dei sobre sus curas que van de diócesis en diócesis según las necesidades e intereses del Opus no de los obispos diocesanos.

 

Voy a dejar a parte la falacia de que los únicos laicos conocidos incorporados a la única prelatura personal existente sean "meros colaboradores" de la misma, siendo la realidad muy otra, ya que hay que hacer testamento en favor de las "obras de la Obra" cuando se hace la incorporación definitiva. Vida de religiosos y prácticas conventuales en la única prelatura personal de la iglesia católica es la realidad.

 

Me interesa señalar que el Opus Dei no aspira ni se contenta con hacer de su capa un sayo, endosar una vocación divina a los laicos a los que capta para su servicio, sino sin ser una realidad diocesana ni haber nacido de la base, las parroquias, quieren dirigir la iglesia. El caso de monseñor Pujol, sacerdote numerario que después de una vida entregada a la facultad de teología de la universidad de Navarra asciende a obispo de Tarragona pasando por delante del clero diocesano que se ha dejado la piel en esa circunscripción me parece paradigmático y cercano. Es decir, para los trabajos a pie de calle no quieren saber nada, para el mando sí.

 

En el documento de la sesión plenaria de 1981 los que contradecían la posición opusina insisten en que el territorio es esencial para la definición de diócesis y lo defensores de la tesis opusina, Baggio en especial, pretenden que lo del territorio es secundario frente a los elementos de obispo, pueblo, clero.

 

Recordamos tanto al difunto cardenal Baggio como al Opus Dei que las diócesis en su origen eran circunscripciones territoriales del imperio romano y que sobre ese modelo se organizaron las primeras estructuras eclesiásticas. No sé si fue el primer pecado de la iglesia naciente en el que Jesús nunca pensó al predicar por Palestina, que un día habría "representantes" suyos en cada una de las divisiones administrativas del imperio. Y que de este modo la organización imperial perduraría "modus ecclesiasticus".

 

El cardenal Hume presente en esa reunión fue el más claro portavoz de los problemas pastorales y prácticos de una prelatura personal, que "personalmente" y a pesar de ser obispo en una diócesis multicultural, la de Westminster, maldita la falta que le hacía una prelatura personal. Me parece que su intervención muestra como nadie estaba ansioso por esa figura jurídica en la iglesia como no fuera el Opus. Y también fue él quien puso en claro las inquietudes que la dicha prelatura le provocaba.

 

En realidad la única prelatura personal que conocemos, no la del mundo de las ideas platónico, no se caracteriza por su obediencia al ordinario diocesano. Su obediencia ciega es al prelado de la misma, que por cierto, ese prelado no lo decidió Juan Pablo II en noviembre de 1982, estaba ya decidido desde que "nuestro Padre se fue al cielo", porque realmente fue él quien decidió quien iba a ser su sucesor.

 

Da mucho que pensar la forma de actuar del Opus Dei, primero hacen lo que les da la gana y luego van creando las figuras jurídicas (Prelatura personal), las ceremonias (consagración episcopal del prelado), los documentos pontificios (bula Ut Sit) que revisten todo lo que han hecho del marchamo papal y canónico correspondiente. Muy sagaz por su parte. Permítasenos al menos levantar acta de que así lo hemos vivido.

 

En aquella reunión de marras el cardenal Ratzinger insistió mucho para que la prelatura personal quedara como asociación no como parte de la constitución jerárquica de la iglesia. Pero yo me he perdido ya en los vericuetos del lenguaje eclesiástico. En el código pone que la erige el Papa, ¿es eso una asociación? ¿o consiste en que varios curas deciden por su cuenta que hay una "peculiar tarea" y entonces le piden al Papa ser erigidos en prelatura personal? Lo de la "tarea pastoral" me parece una burda excusa para "puentear" a los obispos diocesanos, que son los obispos auténticos, los que tienen fieles de los que ocuparse.

 

Los sucesores de Lefebvre, como el Opus Dei, aspiran a ser los puros entre los puros. ¿Dos grupos dentro de la iglesia católica con pretensiones de pureza y exclusividad compartiendo el estatuto de prelatura personal? ¿Sabe el Papa en qué lío se está metiendo?

 

Hay cuatro obispos "integristas", tres no parecen estar por la labor de volver al redil y así lo han manifestado. Son Willianson, de Galarreta, Tissier de Malleray. Sólo monseñor Fellay, superior de la Fraternidad San Pío X con sede en Suiza está al habla con Roma y ha dado muestras de acercamiento. Los otros tres sólo se reintegrarían si se "limpiara la iglesia de todos los errores", pero Fellay concede que siempre ha habido errores en la iglesia y que los santos reformadores no se han ido de ella sino que han trabajado por combatir el error. Y así es como afronta la vuelta a la obediencia a Roma, en el espíritu de los santos reformadores. Que Dios nos pille confesados. ¿Nos quejábamos de la inquisición?, ahora tendremos dos tazas.

 

Por todo ello veo muy poco probable que los curas de la fraternidad san Pío X se integren en las parroquias normales obedeciendo al obispo del lugar. Están convencidos de que los cismáticos son los demás. No se van a dejar mandar por nadie que no sea su obispo. De ahí que se rumoree que en caso de que vuelvan al redil romano el Papa nombraría otro obispo para ellos. Franz Schmidberger.

 

Mucho se habla en todas las discusiones y escritos sobre prelaturas de las "peculiares tareas pastorales" de unos y de otros, pero lo que está en cuestión es el poder eclesiástico. Penoso. Aquí no hay tarea pastoral que valga, sólo quién manda más.

 

Ana Azanza







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