No lo presionen a San Pedro.- Canaya
Fecha Friday, 15 June 2012
Tema 010. Testimonios


Mi paso por la SECTA no fue extenso, apenas unos cinco años, pero lo suficiente para dejarme destrozado por los siguientes treinta y cinco años.

Aún cuando, en el mismo momento de pedir la admisión, con 15 años recién cumplidos, mi director me dice "...aún no cuentes nada a tus Padres, no te van a entender...". A los diez minutos, me encuentro con el sacerdote de la casa y me dice "...aún no cuentes nada a tus Padres, no te van a entender...". Media hora después, cuando me retiraba a mi casa, saludo al director de la casa y me dice (oh, casualidad)  "...aún no cuentes nada a tus Padres, no te van a entender"...  



Llevaba tan sólo, 30 minutos "en casa", y con apenas 15 tiernos años empezaba a pensar que "esto" es una locura. Y lo fue... y lo que es peor, lo sigue siendo. Aún siguen destruyendo personas.

Descubrí Opuslibros hace unos cuatro años, casi de casualidad. Desde ese día, he leido todos y cada unos de los escritos. Doy gracias a Agustina y a todos los que han testimoniado aquí en esta web. Estoy seguro, que ni se imaginan cuanto me han ayudado a reconstruir mi autoestima. Poder empezar a ser feliz.

De un momento a otro, al leer testimonios desgarradores, caí en cuenta de que yo no era el único traidor a la iglesia, el condenado por desertor a la obra.

Cuando me tropecé con Ustedes y sus escritos, era como esos japoneses, veteranos de la segunda guerra mundial, que de tanto en cuanto encuentran perdidos en una isla del océano Pacífico, creyendo que aún la guerra continua. Sólos, perdidos en una isla, durante años, no pueden saber ni entender que Japón haya firmado el cese de la guerra. Treinta y cinco años después se enteran que la guerra terminó.

Nunca pero nunca, en estas más de tres décadas, aunque les parezca mentira, pude dejar ni un sólo día de sentirme un TRAIDOR. Pues así me trataron. Así me lo grabaron a fuego en mi mente. Con un taladro me lo pirograbaron en mi cerebro.

Recuerdo una mañana haberme encontrado con el consiliario de turno (así se llamaba antes, no sé como se llama ahora, ni me interesa), en una casa de retiro, cuando ya estaba con ganas de irme. En realidad el encuentro debe haber sido preparado, lo cierto es que charlamos un ratito a solas. Ahí me dí, dolorosamente cuenta que debía salir corriendo del opus. Huir a cualquier lado, pero huir. Salvar lo puesto. Este delincuente me dijo (a mí con tan sólo 17 años), sin ponerse colorado, que "...abandonar la obra, era traicionar a Cristo y a su Iglesia, que seguramente me condenaría...".

Al irme del opus, poco a poco, fui abandonando toda práctica religiosa. Ahora, en parte, gracias a estos atorrantes, protegidos por la curia romana, estoy a años luz, de pisar una iglesia.

Es probable que yo no entre al cielo, pero lo que estoy seguro, que estos personajes van a tener que sudar bastante para entrar. Salvo que allá arriba las cosas sean como aquí en la Tierra. Tal vez le presionen a San Pedro como a Kaiser, y éste los deje entrar.

Nuevamente GRACIAS (obligado) a Agustina y a todos Ustedes. Por favor no me dejen sólo otra vez. Abrazos.

Canaya







Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=19871