Kaiser.- Satur
Fecha Monday, 11 June 2012
Tema 140. Sobre esta web


No leí nada de Kaiser hasta que leí su rectificación, así que no puedo opinar mucho.

 

Me llama la atención que se desdiga un tipo que ha escrito tantas colaboraciones, y de un modo tan entusiasta. Me llama la atención la cobardía. Me llama la atención el estado de aturdimiento en que debe encontrase. Me llama la atención que sabe que duele que se eche para atrás. Es una historia que ya nos contaron antes, la de los mártires de Sebaste.

 

¡Y lo ha conseguido!

 

“Aquellos soldados fueron sumergidos, por cristianos, en una piscina de agua helada. A punto de morir, rezaban: cuarenta hemos entrado en la batalla, cuarenta coronas te pedimos. Uno de ellos se salió del agua y, entonces, el Espíritu Santo movió a uno de los perseguidores, que se metió allí para ocupar su puesto y ser testigo de Jesucristo. Pues nosotros hemos de comportarnos igual con nuestros hermanos” (San Josemaría Escrivá).

 

Y aparecen nuevos piscinautas en OpusLibros, con nombres y apellidos, Marta, Arantxa… ¡a la piscina!, a dar testimonio, ¡otra vez!, de la verdad.

 

No pasa nada. Yo te entiendo, Kaiser. Pero no tengas miedo. Aquí seguimos, en pelotas, temblando y castañeando nuestra batalla. Tú allí, nosotros aquí. Ya volverás.

 

Últimamente, por razones  profesionales, me muevo mucho entre curas y monjas, frailes y gente con vocaciones muy raras. Raras para mí. Y he aprendido que hay gente que está muy cerca de Dios y gente que está muy lejos de Él. Todos rezan, todos hacen cosas que conozco muy bien, porque las he vivido con otros nombres y otros protocolos.

 

He aprendido que amar es dar al que no tiene, no dejar solo a nadie, escuchar al que está solo, acompañar al enfermo, sonreír al triste y conseguir que ría un poco. Son las obras de misericordia, ya ves qué descubrimiento. Y he visto que quién  más tiene, menos da, y que el que menos tiene, más da.

 

He visto un cura, director de un colegio de 1500 alumnos, que de tapadillo da de comer a los alumnos que sabe que pasan necesidad en sus casas. Se lo quita de su comunidad... que no suman más de cuarenta en toda España.

 

He aprendido más cosas. Que eso de "Tenía hambre y me diste de comer, estaba desnudo y me vestiste, no tenía casa y me diste un refugio", se refiere al hambre, que no es sólo de pan, sino que ese hambre es de amor. Y eso, te pongas como te pongas, a muchos se les ha quitado de un plumazo por el mero hecho de intentar llevar otro camino, siguiendo su conciencia.

 

¡Qué te voy a decir que tú no sepas!

 

Hace unos días echaron a una con años de servicio, diecisiete, con la frase “te voy a decir algo que no te va  a gustar”. Bonita manera de decirte que no cuentan contigo. No dijo la pedorra “me cuesta mucho decirte lo que vas a escuchar. Lo estoy pasando mal, pero ya buscaremos una salida para ti...”

 

Nada de eso. “Lo vas a pasar mal”. Y a la puta calle, Kaiser.

 

Lo que es la vida, amigo. Me llamó la mujer (escribí sobre ella, y alguna más, la entrada más dura, y más leída que he escrito) para contarme cómo estaba. Y sé por lo que está pasando. Lo mismo que lo sabes tú.

 

Y aquí estoy, en la piscina con ella. Y le daré todo lo que pueda darle. Eso que ellas no le van a dar, y que me importa una higa que no se la den. Y ya verás como sí, de esta se sale.

 

Pero tú, Kaiser, ¿de verdad crees que vale la pena el polar que te han dado, y el plumífero que llevas puesto, a cambio de una retractación que ni tú te crees?

 

Satur









Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=19840