Como dice Nicanor, con respecto a la "rectificación" de Kaiser "...esto es lo más semejante a una carta jurídica de obligada detracción para que te retiren una denuncia...".

Coincido, además con Emevé, cuando afirma: "...es muy triste. Muy triste. Devastador. Es casi desesperanzador que una “obra de Dios” protegida por la Iglesia Católica ande amenazando y demandando a quien se le ponga por delante...".

Seguro que es muy triste. Es torturante enfrentar semejante bestia, protegida por quienes tendrían que tomar drásticas y urgentes medidas, exigir cambios.

Pero esta realidad siempre fue así en la Iglesia, por parte de algunas personas.

En la última dictadura militar, en Argentina (1976 - 1983), algunos sectores de la Iglesia, tenían pleno conocimiento, de la existencia de cárceles clandestinas, donde se torturó y asesinó, a miles de personas, donde se apropiaron más de 500 bebés, sin embargo nada hicieron,  por evitar los crímenes de lesa humanidad.

Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio.

Abrazos. Gracias a todos, en especial a Agustina, por todo el bien que me han hecho.

Canaya