Queridos amigos,

En 2002, OpusLibros publicó un interesantísimo artículo de Dimitri Knobbe bajo el título Opus Dei: kit de supervivencia. Me pareció interesante porque la perspectiva era fresca y distinta de la mayoría de los artículos publicados en OpusLibros. El autor no había vivido nunca en una sociedad de influencia española, y así podía observar el Opus Dei desde fuera.

El artículo suscitó críticas acaloradas por parte de lectores españoles, a quienes les parecía desajustada la afirmación de que la mentalidad del Opus Dei tiene sus raíces en la mentalidad española dominante. No he podido encontrar esos comentarios, pero los recuerdo claramente, y recuerdo, en 2005, fecha en que he conocido por primera vez y leído exhaustivamente a OpusLibros, distintas conversaciones sobre ese asunto con diversas personas que, como yo, habían vivido como “numerarios”. La opinión de todos fue unánime, en concordancia con Knobbe: nos parecía obvio, porque para nosotros era fácil verlo así, desde fuera. Pero los comentarios habían sido algo violentos, y no apetecía nada seguir en esa línea de conversación.

Por eso es tan grato leer lo que escribe Knecht en Precedentes remotos y próximos del nacimiento del Opus Dei. Uno de los aspectos más agradables de OpusLibros, y una de las características que más credibilidad aportan a lo que aquí se escribe, es, en mi opinión, esta capacidad que tiene la web de evolucionar naturalmente, a lo largo del tiempo, sin consignas ni ortodoxias, un crédito impecable para Agustina.

Después de leer, el lunes, la muy jurídicamente redactada Rectificación de Kaiser, he pensado en lo difícil que debe de ser educar a una familia numerosa en una sociedad minada por el poder económico generado por el ambiente del Opus Dei - con jueces, fiscales y abogados estratégicamente posicionados por toda la geografía de España, y que no afirman con claridad su posición frente al Opus Dei: una sociedad apenas formalmente democrática - lo que es peor, mucho peor, desde el punto de vista de la defensa de  los Derechos, Libertades y Garantías, que una sociedad claramente totalitaria. En Portugal, inmediatamente después de la revolución de 1974, el Partido Comunista consiguió que muchos de sus militantes fueran nombrados jueces. Todavía hoy la Justicia es el cáncer del país.

Contrariamente a lo que conspicuamente afirma el Opus Dei, formar parte del ambiente del Opus Dei no es lo mismo que formar parte de un club deportivo, porque en el Opus Dei se dirigen las conciencias; y, además, entre el oficio de juez o de fiscal y la pertenencia a un club de fútbol pueden existir graves conflictos de intereses. Y finalmente, por qué no jugar claro, si la intención es honesta?

He pensado también en Alexander Soljenitsin, en lo que dejó escrito sobre las persecuciones a las familias de los disidentes de su época - y, sin necesidad de pensar en Rusia, en los miles de relatos semejantes en esta web. Hace falta un talante muy especial para preferir la verdad a los hijos. Todos, o casi todos, tenemos un precio, como muy bien saben todas las asociaciones turbias que existen en este mundo. Cuando le preguntaron a Lenin, ya muy enfermo, quien pensaba que sería su sucesor, él contestó que sería seguramente el archivero del Partido, porque sabía todo sobre todos. Y acertó, el archivero era Stalin.

St. John Newman, ruega por nosotros!

Un abrazo muy fuerte,

Carocha