Kaiser,

Nos conocemos poco, sin embargo, quiero enviarte mi pública solidaridad desde este rincón. No sé qué te ha movido a rectificarte, pero no hace falta ser muy lista para intuir que no es nada bueno.

Como esto le sirve al opusdei, es lógico que apenas lo leí, haya pensado: “¿será que a él también lo demandaron?”

Es muy triste. Muy triste. Devastador. Es casi desesperanzador que una “obra de Dios” protegida por la Iglesia Católica ande amenazando y demandando a quien se le ponga por delante. Es doloroso para mí el saber de cuánta maldad pueden ser capaces est@s “hij@s de Dios”.

Para hacer lo que ell@s hacen, tendría que ser atea. Y de las furiosas.

Así que Kaiser, sin importar lo que tu rectificación pueda “dañar la web” te envío mi solidaridad y decirte que rezo por ti. Ah, por cierto, no tema nadie, la “web” no ha sido dañada porque la verdad es y será siempre la verdad… y si nos callan… las piedras la gritarán. Sé que cuando esas personas van a dormir, no hay jaculatorias o pastillas para dormir que puedan acallar la verdad que ell@s conocen. No se lo deseo a nadie.

No diré más, porque me ha agarrado en una semana difícil, en la que he tenido que encajar personalmente la tristeza de ver con mis ojos cómo gente que comulga a diario puede destruir reputaciones impunemente. También observo con tristeza que quienes l@s escuchan (aunque aparenten lo contrario porque les conviene económicamente) salen corriendo de allí a hablar mal de ell@s.

Están tan sol@s, tan sol@s. Y tan alejad@s de la realidad.

Ni modo, por más pena que me cause, la verdad es la verdad, y los frutos que se recogen de esa siembra son: maldad, cizaña, dolor, tristeza… no solo en quienes directamente estuvimos sino en los que conocemos como “daño colateral” que tan desgarrador testimonio dejan en esta web.

“Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los reconoceréis. Mateo 7, 15-20)”.

Saludos a tod@s,

Emevé.