Muy interesantes los artículos. Pero destaco que aunque la institución tiene un origen en la persona de Mons. Escrivá, él falleció en 1975 y muchos de los vicios o manchas de nacimiento lo potenciaron los que le siguieron invocando el aval de un fundador ya fallecido.
Más allá de las discusiones sobre el origen y la finalidad, que tanto aportan para conocer la historia, creo que la clave es que los miembros actuales se pregunten a sí mismos y en conciencia: ¿es legítimo haber destruido anímica o psicológicamente a alguna/s pocas/muchas personas? ¿Basta con mirar para otro lado, hacerse el "tonto", para "creer" que la institución y sus presiones sobre las personas no han sido culpables (en mucho, en parte o en todo) de tantos "malos menores" o "daños colaterales" que todos hemos conocido o vivido en carne propia?
Creo que aquí es donde entra la responsabilidad de cada uno: ¿hacer el "bien" es esto? ¿mentir, utilizar y destruir a tantas personas buenas que hemos conocido y querido para tener muchos y lindos edificios y casas? Todo esto para generar una "fuerza" que haga el bien (¿ ?)
¿Este es un camino cristiano o meramente humano? ¿La finalidad es buscar el poder y la fuerza terrenal con la que el demonio tentó a Cristo en el desierto?
Mallney