Queridos colegas: No me animaba a poner unas letras en esta comunidad, pero ha sido el twitter lo que me ha motivado para ello. Hay muchos que se toman en serio al twitter, pero 140 caracteres no dan para ello. En cambio, y más allá de ser un medio informativo, twitter sirve para insultar, agredir y hostigar de manera anónima. Y no han faltado los trolles que están por ahí, acosando “al que no ha perseverado.” Pareciere que se trata de otros que dejaron la Obra y se fueron con resentimientos que no han podido sanar, pero no quiero prejuzgar. Cosa tan distinta es esta comunidad, donde muchos externan sus sentimientos con libertad, comparten sus experiencias e incluso, con rigor, analizan la Obra, como los escritos que se han publicado sobre el itinerario jurídico. Los que se han ido, merecen caridad y no por algo meramente imperativo en esa asfixiante normatividad canónica de la Obra. La merecen como todos, porque el mandamiento nuevo, tan mentado en las mesas de estudio de los centros, ha sido dicho por Nuestro Señor. La caridad es la gran olvidada para esos fariseos que emiten juicios severísimos, sobre todo alrededor de esa obsesión que hay en torno al Sexto Mandamiento. El Señor es un Padre misericordioso, no un gendarme del puritanismo.
Un abrazo
Lemercier