Acabo de leer de nuevo el artículo de Haenobarbo del 02.05.2012 titulado Las prelaturas personales no nacieron por inspiración divina, que ya comenté en una breve nota del 04.05.2012. Quisiera añadir otra consideración al artículo de Haenobarbo, que habla de una “crisis de identidad” del Opus Dei en los años 60 del siglo pasado (un año importante para esa crisis fue el 1962, cuando monseñor Escrivá solicitó oficialmente al Papa Juan XXIII que el Opus Dei fuera transformado en “prelatura nullius”). Entre las varias causas por las que Escrivá en aquellas fechas estaba descontento con que el Opus Dei siguiera siendo instituto secular, destaca, además de los motivos de tipo institucional que menciona Haenobarbo, otra razón de tipo personal que Lucas nos recordó en su artículo Razones para los cambios de carisma y para la doblez de espiritualidad del Opus Dei (25.04.2011), a saber, el afán de Josemaría Escrivá de ser nombrado obispo, pues, ejerciendo el cargo de Presidente General de un instituto secular, tal nombramiento era imposible por razones jurídicas, mientras que al frente de una “prelatura nullius” desaparecían los inconvenientes jurídicos para lograr ese afán.

Josef Knecht