Curioso. Se le ocurre a Melqui resumirnos la doctrina católica sobre la cosa del fornicio, y mar de críticas. Melqui lleva razón.

Puede la gente no estar de acuerdo con lo que dice la iglesia al respecto. Vale, total, son dos días los que quedan para comprobarlo. Narrar la gestación del documento clave es simpático, pero ajeno al rigor completo: porque no hay comprobaciones y porque al final lo que vale es el producto y no sus abolengos. Pero desacreditar que alguien nos recuerde su criterio para converger  y colgarle el opusino sambenito es torcer la cosa. Retorcerla.

Oí una vez que "el hecho de que uno sea paranoico no implica necesariamente que jamás le persiga nadie". Más lógica, más pensamiento autóctono y menos lugares comunes acríticos y molones.

Y en ese plan. Encantado de regresar tras un lapso.