SEXO:¿SILENCIO o HIPOCRESÍA?.- Manzano
Fecha Friday, 20 April 2012
Tema 900. Sin clasificar


 

No quisiera entrar en debate ni teológico ni doctrinal con nadie, entre otras cosas porque el discurso es harto conocido, la moral de la Iglesia Católica, la Humanae Vitae y el sum sum corda nos los sabemos de memoria, no hacía falta que nadie nos lo recordara. Precisamente al escribir mi anterior aportación omití expresamente el siguiente párrafo en el último momento: “Ya sé que alguien saldrá con que el material no tiene ninguna culpa, sea látex o sea el Levonogestrel (principio activo de algunos métodos anticonceptivos hormonales), sino el uso que se le da y la intención del que lo usa”, pensando que era obvio, pero me equivoqué…



Por si acaso lo hubieras olvidado, Daneel, voy a recordar qué significa anticoncepción o control de natalidad: “Es la interferencia deliberada en el acto marital para prevenir la concepción”. Y la planificación natural es cosa distinta, ya. Es abstinencia que no interferencia. Si no hay acto, no hay interferencia. El caso es que la "naturalidad" para decidir abstinencia la aportan medios técnicos, mientras que la "artificialidad" del impedimento o interferencia es de origen justamente natural. Entonces ya llegamos a la intención, que es lo que vale. Y lo que vale es amar, sin condiciones. Pero para entenderlo hay que vivirlo. Y sin contrariar en absoluto la doctrina oficial de la Iglesia, llegamos a la responsabilidad personal e intransferible y de pareja, de nadie más.

 

Te aseguro que mi intención va mucho más allá dentro de la complejidad que abarca toda la sexualidad. Por decir, sólo por puntualizar, que la práctica homosexual no es pecaminosa por usar condones, es obvio, pero lo digo para que quede claro. El pecado es otro, pero no se trata ahora de esto. El ordenamiento del sexo a la reproducción dentro del matrimonio es algo muy concreto y preciso, incluso sagrado. El fin más importante –seguro- pero no el único, presumo que incluso algo limitado. Pero la sexualidad, la santa sexualidad, tiene connotaciones mucho más amplias al afectar a muchos otros órdenes de la vida, incluso afecta a los célibes a pesar que a algunos no les guste. Te lo suelto así de bote pronto, para que estés atento y te hagas a la idea: ¿te han pinchado alguna vez un testículo para extraer el líquido seminal necesario para una análisis clínico?. Si es que sí, podremos entendernos; si es que no, dudo que estemos hablando en el mismo plano.

 

Creo que di a entender, así me lo pareció, que en este foro de adultos formados (unos más que otros) no se requería moralina (principio activo de alguna moral), ya que solo se trata de expresarse libre, respetuosamente y evidenciar hechos (facts) e incongruencias –bienvenida la ironía – sobre un tema tan candente como actual y muy, pero que muy confuso para tantos. Venir aquí a recordar que la doctrina de la anticoncepción es de la Iglesia Católica está bien, pero mejor sería que se la recordaras tal cual a cada uno de tus directores o a tus dirigidos. Pero textual y sin interpretaciones, ¿eh?, que luego van y se me emborrachan de esa moral, siendo después unos perfectos abstemios de la ética más cercana como elemental y no digamos de la caridad cristiana, pero la caridad que define exactamente la doctrina de la Iglesia Católica, la literal, que no la edición de lujo ni la de los reglamentos internos de algo. Y si, la caridad al prójimo, para que nadie le busque más gazapos. Pues lo dicho: a callar, a rezar, a meditar, y a otra cosa mariposa. Pues será que no, mira. Si aquí me silencia alguien serán los responsables de la web, no el opusino de turno que se sabe de memoria la ficha de la rutinaria charla sobre la pureza para incautos supernumeraria o cooperadora. Si es que no tenéis más recursos, hombre, y tu silencio sería el que haría felices a muchos otros, porque amagando la cabeza bajo el paraguas del inmovilismo doctrinal no sólo no se soluciona nada, si no que se empeora. Se peca a destiempo y luego me hacen cola en el confesionario más distante y lúgubre de la ciudad.

 

No hay como amoldar el evangelio al gusto de uno, que si la caridad, que si el perdón, cosas que por cierto no he visto jamás en la única Prelatura a pesar de que su inspirador haya sido elevado a los altares. La santidad no tiene patente, gracias a Dios. Por cierto, que si el rector de mi parroquia es un pecador soberbio - como alguien sugiere- entonces vamos listos, mejor dicho, estamos todos salvados y hasta potencialmente canonizables en poco tiempo.

 

Si no se trata de entender, se trata de hablar, de exponer, de debatir, de ayudar, de clarificar, de evitar barbaridades integristas. Se trata de evidenciar la realidad y cómo la podemos mejorar. El silencio de los corderos es el silencio que algunos platicáis. Por no entender, no hay quién entienda al Opus Dei que bien aparece como el misterio de las contradicciones más grande que el deber cristiano de perdonar a sus enemigos. ¿Acaso lo respetan?

 

A propósito del látex y tomando tu último párrafo de forma literal, “....el quid de la cuestión es si el uso del látex provoca una modificación tan radical de la relación sexual como para deshumanizarla”. Pues mira, en sus infinitas aplicaciones, por poner sólo un ejemplo, podría sin más evitar tantas y tantas muertes y sufrimiento por contagios. Y no digo haciendo un uso anticatólico del mismo, o sea evitar la transmisión de la vida, sino de hacer un uso racional y compatible con ese fin. Sin ánimo de frivolizar, pero la promoción del sistema del condón pinchado daría mucha solución, especialmente en el tercer mundo. Pero si lo queremos ver todo tan complejo, incomprensible e inexpugnable, resulta que es preferible que las criaturas del Señor se vayan al otro barrio prematuramente por su promiscuidad sexual y como castigo divino. Aunque estén casados y homologados. Mejor muertos que infieles: eso me suena, deja que piense. A eso se le llama mirar para otro lado, cosa que alguna institución por más romana que sea es una verdadera especialista.

 

Por no entender, no sé qué coño hacen tantos trillones de almas en ese medio mundo tan pobre y miserable, pero con tanta riqueza material y discurso doctrinal en el otro medio. Será que esta parte del mensaje evangélico - y de la doctrina social correspondiente, no me lo olvides- que habla de los desamparados es para los demás y nadie que viva un “santo espíritu divino en medio del mundo" (¿qué mundo ?) debe meditar ni ocuparse de ello. Ni siquiera los católicos “normales”, faltaría más, que para eso están las demás órdenes, las de siempre. Qué patético.

 

Es que para algunos muy piadosos la humanidad tiene esas cosas: hay que proteger y no impedir la vida potencial, la venidera, pues la que ya existe es harina de otro costal, molesta, por lo que se la ignora sistemáticamente si no son "majos".

 

La doctrina de la Iglesia está muy clara aunque no se entiendan muchas cosas, ¿verdad ?. Pues quién defienda que somos los cristianos quienes debemos evangelizar el mundo cambiando primero nosotros- como tú apuntas - le digo que la humanidad sigue al viento de los tiempos y éste nunca se da la vuelta (en términos saturninos). Y lo que debemos hacer es impregnar ese viento de nuestra fe para que llegue al máximo de personas y que ese viento lleve la verdad del evangelio a todos los pueblos. La cortapisa y para-vientos corporativo para crear refugios de pretendida autenticidad y salvaguardar la integridad doctrinal (la que interese) es el argumento perfecto para creerse tan dogmáticos como el mismo Papa, o más.

 

Y para acabar, hoy, no sé qué tendrá el tema de la sexualidad que depende de qué sectores de la misma Iglesia, unos estén para adaptar la doctrina a la realidad común del pueblo de Dios de acuerdo con nuestros tiempos y otros para erradicar cualquier debate, siquiera intento de debate. La vida no es una bacanal como algunos nos quieren hacer creer. Qué bien se vivía hace mil años sin tanto conocimiento: entonces no había que recomendar silencio. Se progresó y ya luego sólo te quemaban vivo. La tierra era plana y el universo giraba a su alrededor. Cuanta paz sin látex ni mercurio y sin doctrina alguna al respecto. Seguro que entonces también pensaron que nunca nada iba a cambiar. Tampoco entendían, pero seguro que tenían sus trucos para subsistir.

 

La doctrina de la Iglesia progresará, a pesar de los pesares, y es misión de todos animarla y apoyarla para que el mensaje de Cristo triunfe. Pero no lo hará a base de normas, restricciones, coacciones, condenaciones, prohibiciones, ni silencios, ni amenazas, ni planos inclinados, sino a base de honestidad, responsabilidad personal y Amor. Y sobre todo hablando, alto y claro.

 

Manzano

 

P.D.: A los moralistas les recomiendo este link.







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