LA CRUELDAD DE LA OBRA Y UN MIEDO INDESCRIPTIBLE.- Andrómeda
Fecha Wednesday, 18 April 2012
Tema 060. Libertad, coacción, control


Después de leer el último escrito de "Janabenito" (Julia), me he sentido especialmente conmovida .Esto me sucede porque soy especialmente sensible a las expulsiones que-sin escrúpulos- hace el opus dei cuando alguien ya no es rentable. La crueldad en la obra va en aumento. Al menos, a mí me lo parece, porque tengo que decirle que yo hace poco que salí y el miedo que allí pasé fue indescriptible.

 

También perdí mucho tiempo allí con una vocación a prueba de bombas según las directoras. Llegó el momento de mi "despertar a la realidad" y entonces quise irme y empujé mucho, muchísimo las puertas para salir de allí pero tras varios meses en los que "me recomendaban" hablar más (llegué a hacer la confidencia a diario) acabaron por convencerme y me quedé. Caí en el gran error de dialogar en vez de irme sin más.

 

Pasaron años y caí en depresión profunda, bastante grave. Me abandonaron en un cuarto en el que pasé horas y horas sola llorando. Me prohibieron darme de baja en la empresa en la que entonces trabajaba y -créeme- no estaba en condiciones de trabajar. Llamaba la atención con mis 20 kilos menos.

 

Alguna directora me hablaba a voces, me ridiculizaba a diario y llegaron a desequilibrarme hasta tal punto que llegué a pasar horas bajo mi cama llorando del miedo que tenía.

 

Estuve tan tan mal que la única numeraria de mi centro que parecía "algo humana" vino a verme un día y se puso a llorar diciéndome que ojalá me curara pronto. Puedo decir que recibí más apoyo de las chicas que estaban contratadas para trabajar en la administración del centro, que de las propias directoras.

 

Un día vino al centro a verme la directora de la delegación -persona bastante extraña y rara, con mirada ida y ausencia de sentimientos, sin expresividad alguna-la cual se sentó y me dijo como si fuera un robot: "El padre está insistiendo en tal y cual, la intención mensual es tal y cual y otras enfermas de la delegación son fulanita y menganita". Se levantó y se fue.

 

Así pasé un año y medio completo, tras el cual vinieron las múltiples invitaciones (presiones) para que me fuera "ya".

 

¿Y cómo asimilaba yo en tan poco tiempo y tras tantos años allí que ya "no tenía vocación"?... ¿Después de lo que empujé y empujé aquella puerta para salir? ¿Después de que todo eran aprecios, buenas palabras y atenciones para que no me fuera? Después de tantos privilegios, alabanzas, más ropa en mi armario, más noches con colchón, más descanso y tiempo libre, más excursiones, más paseos, más gominolas y caramelos.....

 

Como ofrecí cierta resistencia a irme, pasaron al acoso moral y, entonces, sí que conocí de verdad lo que es el miedo. Por salud no quiero recordarlo, pero solo te digo que se pasaron tanto, tanto, conmigo, que un día me cagué en los pantalones sin darme cuenta.

 

Y opino que la crueldad en la obra va en aumento no solo por lo que me tocó a mí padecer sino porque sigue saliendo gente y me entero de historias cada vez más inhumanas, más salvajes y crueles que ya no son propias del ser humano.

 

Y, ahora me dirijo a los "peces gordos que nos leen desde Roma": "¿HASTA DÓNDE VAIS A LLEGAR?" Dios nos oiga -porque se ve que la cúpula Vaticana no quiere hacerlo- y, como dice Janabenito, muera vuestra obra de muerte natural.

 

También me recuperé pero me costó mucho tiempo, dinero y psiquiatras.

 

Andrómeda









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