Respuesta a Calandria.- Lucas
Fecha Wednesday, 28 March 2012
Tema 010. Testimonios


Te agradezco el interés que has demostrado leyendo mis artículos [ 1  y  2] sobre Álvaro del Portillo. A juzgar por tu reacción, siento haberte hecho pasar un mal rato. Me imagino que eres mayor de edad, por lo que, sin pretender decirte lo que debes hacer, te sugiero que no leas esta página de opuslibros si te solivianta. Lo digo porque generalmente sueles levantar polémica en cuestiones que todo el mundo acepta pacíficamente o, al menos, respeta como legítimas opiniones.

En esta web no existe pensamiento único, al contrario de lo que ocurre que en la obra con determinados temas; esto enriquece su contenido. Pero una cosa es discrepar aportando razones, y otra, descalificar difamando. Uno de los peores males padecidos en la obra es que no exista libertad de expresión y de opinión. De ese modo, la gente se encuentra aislada, no puede profundizar en la verdad y compartir lo que ve. La institución asume el monopolio de la verdad...



De mis afirmaciones sobre del Portillo vertidas en mis recientes escritos, algunas son opiniones y preguntas que planteo, pero otras son evidencias fundamentadas en una amplia documentación y en el conocimiento personal. Te diré que antes de publicar el artículo, con objeto de evitar inexactitudes, lo he puesto a la crítica de algunos amigos con mucha experiencia de la obra.

Confieso que hace tiempo yo he sido una de las personas más fanáticas del fundador, con una fe en él fuera de toda duda. A causa de mi desconocimiento de la realidad, por la confianza total en los dirigentes de la obra y en la aprobación pontificia de la misma, he creído todo lo que afirmaba la doctrina interna de la institución. Pero ahora, después de tantas evidencias, asumo serenamente que he sido engañado. Son cosas que pasan en la vida: te pueden engañar en los negocios, en el matrimonio, o dentro de una institución de la Iglesia. Ahora ya no pongo mi fe teologal en ningún hombre.

La patrolatría que se vive en la obra, alimentada por del Portillo, es un pecado contra el primer mandamiento y una muestra de fanatismo. Y no me digas que el fundador ha sido declarado santo por la Iglesia, porque ese proceso fue manipulado y está repleto de omisiones graves sobre la realidad de la vida de Escrivá. Y esto fue dolosamente inducido por del Portillo.

Para que reflexionemos un poco sobre el fenómeno de la patrolatría, pondré a continuación algunos trozos de una plática sobre la abnegación que un sacerdote perteneciente a los Legionarios impartió a unos miembros de esa institución que iban a ser ordenados. En la referida plática, este sacerdote pone a “nuestro Padre” Maciel como ejemplo de abnegación. Como sabrás, Calandria, Maciel fue un gran pederasta que forzó a muchos de sus hijos y abusó de ellos. Pero la cosa no queda ahí, este fundador tuvo tres identidades civiles, varias mujeres e hijos, se drogaba; cuando viajaba se alojaba en los mejores hoteles, aunque hubiese casa de la orden en esa ciudad, y se daba la gran vida; veraneaba en el mediterráneo con una de sus mujeres y su hija; según refieren los mismos Legionarios, no celebraba asiduamente la misa, etc. Estos son algunos fragmentos de la plática aludida (CNP son palabras textuales de Maciel; el resto es del predicador):

La condición de Cristo para que le sigamos es terminante y clara, inconfundible:

"El que quiera venir tras de Mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga" (Mth.16,24).

No hay ambages, confusiones, ni medias tintas: ABNEGACIÓN y el Evangelio es doctrina universal: CRUZ para todos.

Nuestro Padre, seguidor difícilmente!!! igualable de Cristo, nos dice exactamente lo mismo:

"Con un grupo... de hombres... olvidados de sí mismos... la Legión seguirá siempre adelante...!"

"La primera y única condición, si queremos hacer algo sincero y sólido en nuestra vida por Cristo: dejarnos a nosotros mismos..." (C.N.P. II, 208, 432,2: 434,1) (Anécdota de mi diario de seminarista)

"No olviden que su vocación de Cofundadores entraña una vida llena de sacrificio y de trabajo... no se contenten con tolerar solamente... mortificación, privación... vivan... con el ansia... de dominarse y negarse a sí mismos en todo... por amor a Jesucristo." (C.N.P. II, 203,424,1)

"Quiero siempre Getsemaní o Calvario, ya que en el cielo no podré sufrir por los Legionarios. Esta vida... para identificarse con el Cristo paciente y sangrante..." (C.N.P. II, 275, 575,3).

 

Dimensión ascética de la abnegación:

Palabras de Nuestro Padre:

"La Legión debemos tenerla sobre la sangre escrita... Tened valor, sabed morir por la Legión, morir a vuestra voluntad por la práctica fiel y perfecta del voto de obediencia. Morir a la concupiscencia por la pureza de vuestro corazón. Morir al deseo de comodidades superfluas, por la práctica fiel del voto de pobreza. ¡No temáis ser fermento de la tierra que ha de alimentar la espiga! Un día Dios recompensará vuestro sacrificio. Y desde ahora podéis sentir la dicha de saber menguar y morir para que Jesucristo viva" (C.N.P. II, 300, 635636).

"El legionario que dice AMAR a Jesucristo y a la Legión, pero que no vive de ABNEGACIÓN, es un mentiroso y un iluso; el termómetro del AMOR sobrenatural y de la verdadera entrega y santidad es la ABNEGACIÓN. Cuando un alma llega de veras a apasionarse de Jesucristo, experimenta una necesidad irreprimible de abnegarse y más abnegarse, para vaciarse cada vez más de sí misma y poder llenarse más plenamente de El." (C.N.P. II, 304, 671,4).

Uno de los dones que Dios le otorgó fue el comprender la fecundidad del dolor:

"Mi naturaleza se resiste al ver venir tantas y tan pesadas cruces; es muy duro tener que beber día tras día el cáliz amargo de la humillación, de la incomprensión y de la calumnia... Quiero trabajar a pesar de todo y trabajaré con mayor alegría en la incomprensión y en medio de la persecución. Me hacen falta mil vidas para realizar todo lo que quisiera hacer por Cristo. La persecución me alienta desde el día que acabé de comprender que el sufrimiento es la única fuente de fecundidad en el apostolado por la gloria de Dios y la salvación de las almas” (C.N.P. I, 24, 15/9/46 48:1).

 

La doble vida de Maciel era conocida por la cúpula de la Legión. Hay fotos en las que aparecen juntos Maciel, su mujer, su hija y algunos de los superiores. El 25 de mayo de 2006, seis días después de haber sido impuesta la sanción a Maciel por parte de la Santa Sede, Luis Garza, entonces Vicario de la Legión, decía en una homilía:

“Este joven sacerdote, Nuestro Padre, que iba y venía por las calles romanas, conoció tanta bajeza y bebió tanta veces el cáliz de la amargura…. Pero con su fe inalterada y con su amor por Cristo encendido, mantenía clavada en el corazón su ilusión. Cuando todo parecía perdido, casi desesperado y abatido vino a poner aquí, a los pies de la Virgen del Perpetuo Socorro su última súplica. De pronto ella como intercesora con su “omnipotencia suplicante” y el Corazón de Jesús concedieron lo que parecía un milagro… el “nihil obstat” para la fundación de la Legión.

Quiero ver dentro de los ojos de Nuestro Padre para descubrir la huella que Dios ha dejado, para saber por qué se afana tanto, por qué se sobrepone a tantas dificultades y calumnias gratuitas, por qué tiene una fe tan intensa… tanto ve a Dios que no alcanza a mirar lo que hacen los hombres. Quiero conocer sus ilusiones y quiero compartirlas. Por vocación, soy hijo de este hombre al que con orgullo llamo Nuestro Padre. Quiero amar las mismas cosas y quiero vivir del mismo modo para repetir la maravilla de ser también, como él, instrumento para que tantas y tantas almas lleguen al conocimiento y amor de Jesucristo (…)

Las constantes calumnias contra Nuestro Padre y el sistemático desprestigio que hacían de la Legión, de sus métodos, apostolados, intenciones, etc., a fuerza de repetirse, ya sonaban hueco. Los que lo decían, en otra época compañeros muy queridos, lo hacían porque “oscurecieron su corazón por amor de su orgullo y de su rebeldía, y salieron de la Legión respirando desprecio y rencor contra ella, y culpándola de injusticia y de inhumanidad. Tal vez hubo un tiempo en que vivieron bajo el signo de la confianza y del amor; pero ahora están de espaldas a todo sentimiento de justicia de rectitud o de sinceridad; y buscan ansiosamente el mal de la Legión, porque ésa es la actual ley de su oscurecido corazón”. Nos entristecían sus palabras y su situación y nosotros seguíamos viviendo en este mar de caridad, de vida sobrenatural, de amor y de perdón… pero ya no nos incomodaban. Más de alguno incluso lo tomaba a honra (…)

Ayer Nuestro Padre nos decía por el teléfono que si hasta hoy hemos estado en la Legión y en el Regnum Christi, ahora debíamos vivir en la Legión y en el Regnum Christi. Ahora debemos hacer realidad con nuestra vida y entrega nuestra pertenencia a esta maravillosa obra de Dios.

Pero, ¡qué misterio! Es la misma Iglesia, “nuestra idolatrada madre la Iglesia” la que ha dispuesto algo que nos traspasa el corazón. Precisamente por esto es una cruz para nosotros, precisamente por esto nos duele. ¡Es la misma Iglesia que amamos y por la que hemos entregado la vida! ¡Cómo se requiere vivir de fe!”.

 

Que cada uno saque las conclusiones que quiera, pero conviene huir del fanatismo y de la patrolatría para centrarse en Dios y no ser manipulados.

Lucas







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