A. del Portillo como modelo de santidad.- E.B.E.
Fecha Monday, 26 March 2012
Tema 125. Iglesia y Opus Dei


En estos días ha salido el tema de A. del Portillo, en relación al libro que acaba de publicarse, según nos contaba Lucas. Sobre la inocencia o no de A. del Portillo, creo que habría que releer la entrevista que rescató Agustina del ABC, de 1982. Uno la lee y no se puede creer que del Portillo afirme lo que afirma sin inmutarse. Lo que dice no es verdad, pero sin embargo no le causa ningún problema de conciencia. Esto es lo espeluznante. Desde luego, en 1982 no existía Opuslibros –vivíamos en las tinieblas- y por lo tanto era muy fácil creerse todo lo que decía el Opus Dei, pero hoy ya no. Esa entrevista muestra la forma descarada en la cual se transmitía un mensaje que no era verdad.

Aquí niega que les interesara el “cum populo”, cosa que evitó Ratzinger que lograran, como bien dice Rocca (para quienes están analizando la Pía Unión, puede ser interesante releer a Rocca en su capítulo sobre la Pía Unión de 1941). Dice del Portillo:



Otros —probablemente los más— ignoraban qué solicitud concreta había hecho el Opus Dei e imaginaban unas peticiones que no habían existido nunca: la de Prelatura nullius dioecesis o la de diócesis personal, que comportan una autonomía total de los Obispos diocesanos. Y contra esos molinos de viento arremetieron. (...)

Por su parte Rocca aclara en su libro sobre las prelaturas (cap.7):

Álvaro del Portillo solicita ahora la transformación no ya en prelatura nullius según el modelo de la Mission de France, sino en prelatura personal “cum proprio populo”.

En sentido estricto, del Portillo no mentía, pero tampoco decía la verdad. Y lo definitivo, para beneficio del Opus Dei no es “no mentir” si no “no decir la verdad”. Qué perversidad la del equilibrio en la que se mueve el Opus Dei: cómo no decir la verdad y no mentir en el intento. En esta clave hay que descifrar todo lo que dice el OD.

Sigue del Portillo y su entrevista:

—-Con el nuevo «status» jurídico ¿consigue el Opus Dei mayor autonomía respecto a los Obispos diocesanos?

—Nunca la hemos intentado conseguir, porque ni la quiere Dios ni la hubiera tolerado la Santa Sede, ni la queremos nosotros ni la necesitamos. (…)

Justamente, Ratzinger no lo toleró y puso el freno al avance desmedido del Opus Dei y de del Portillo. Sigue la entrevista:

Nuestra petición no se basaba en normas del futuro Código de Derecho Canónico, sino en la normativa conciliar y posconciliar ya vigente en la vida de la Iglesia.

A este respecto, deseo aclarar el siguiente error: se dijo, y se ha repetido, que la Asamblea plenaria de la Comisión Pontificia para la reforma del Código de Derecho Canónico, reunida en Roma a finales de octubre de 1981, había rechazado la solicitud del Opus Dei de ser transformado en Prelatura. Esto no es verdad. En efecto, la Comisión Pontificia para la revisión del Código de Derecho Canónico, ni en su reunión plenaria de octubre ni en ninguna otra ocasión, se podía ocupar de nuestra solicitud, por evidentes razones de competencia: ya que su misión es la de preparar una ley general —el nuevo Código— y de ninguna manera intenta resolver casos particulares cuyo estudio no se le había encomendado. Además, como acabo de decirle, la solicitud de transformación jurídica del Opus Dei no se basaba en posibles normas del futuro Código, sino en la normativa ya vigente. (…)

Desde luego, habrá matices formales que permitirán decir que no fue verdad lo que en realidad sí fue verdad, pero lo definitivo es que el OD termina mintiendo.

Los frutos de la labor del Opus Dei se quedan, en su inmensa mayoría, en las diócesis en las que trabajamos.

Lo cual me recuerda a los reglamentos de 1941, cuando dicen:

Si, atendidos los gastos, se cerrase el año económico con superávit, entregará esa cantidad como limosna al Ordinario de la Diócesis en que la Obra tenga su domicilio.

Realmente es desagradable ver como mienten en nombre de Dios. Del Portillo no es distinto al resto: son todos muy parecidos los jerarcas del Opus Dei, porque siguen el modelo de su padre. Finalmente para reírse un poco, pero a carcajadas, del Portillo dice la siguiente mentira -acá sí que miente con alevosía- del tamaño de un elefante, siempre sin inmutarse:

Me pide usted un balance y unas previsiones. En el Opus Dei no somos muy amigos de fabricar estadísticas sobre la labor apostólica. Respeto plenamente la opinión contraria, pero opino que en las obras de apostolado hay que atribuir una importancia muy secundaria a esos datos.

Qué afirmación más caradura. Pueden mentir, pero no tanto. Ya se torna insufrible, un agravio hacia el lector desprevenido.

Saludos,
E.B.E.

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