Una mañana de verano.- Addicte
Fecha Monday, 26 March 2012
Tema 010. Testimonios


Conocí, en un pueblecito humilde de Europa, a un sacerdote joven, que me impresionó por su sencillez. Él paseaba pausadamente. Me acerqué y sin más le pregunté: padre ¿puedo hablar con usted? Su respuesta le brotó más del corazón que de la garganta: di, hijo mío. Llevo observándole un rato y no me resisto a hacerle una pregunta que seguramente no extrañará: ¿es usted de Opus Dei? No, hijo, no lo soy. Si lo dices por mi vestido estás equivocado. Me gusta que me identifiquen como sacerdote. Y ahora más que nunca porqué soy un sacerdote feliz.

En este momento él me invitó a sentarme para seguir la conversación. Prosiguió: desde hace unos meses soy un sacerdote libre. He estado doce años en la Legión de Cristo. Ahora, he dejado esta institución. Me siento libre. Alegre. La vida me llevó a entrar en esta organización. Pero en ella no era feliz. Me sentía encorsetado. Yo luchaba, pero lo hacían más mis familiares, para quienes era un hijo perdido. Ellos vieron desde el primer momento que aquel no era ni buen camino ni camino cristiano, sino que era un camino sectario y lucharon. Especialmente mi madre. Ella es la artífice principal de mi salida. Ella luchó y luchó sin desfallecer. Mi salida coincidió en el tiempo con el descubrimiento de los escándalos del fundador, pero no fue esta la causa. Le debo a mi madre la fortaleza de la decisión de dejar la Legión. Ella siempre interpeló a la Iglesia sobre la verdad y bondad de la praxis de esta institución. Ahora estoy incardinado en una diócesis española y me siento al servicio de todas las almas.

A pesar del calor de aquella mañana de agosto, sentí frío. Pocas veces alguien me había hablado tan claro. Yo le expliqué como mi preocupación paseaba también por la vida de un hijo mio que era numerario del Opus. Le expliqué como vivía con angustia viendo como mi hijo se desintegraba física y moralmente en su temprana juventud. Me impresionó su respuesta: mira hijo, ¡no sé quien copió a quién! Si los Legionarios al Opus o viceversa. Me instó a luchar. A denunciar ante la Iglesia los abusos no cristianos de esta institución. Ambas instituciones son sectarias y cuando estás dentro no te das cuenta de la gravedad. Te aíslan de la familia para poderte manipular. Cuando salí, mi madre expresó: ¡Por fin te hemos recuperado! Siguió: en estas instituciones, la vocación no existe. Te la crean. Esto no es de índole cristiana.

Quisiera agradecer a Agustina la publicación del testimonio del ex-legionario. Me permito añadir un par de consideraciones diferenciales a las características de la legión respecto al Opus: en éste, las vocaciones se mantienen a menudo mediante fármacos. Y por otra parte, los miembros del Opus están atrapados en una telaraña de presiones de poder que llegan a las mismísimas entrañas del Vaticano. No creo que esta iglesia en la que se consienten estos abusos sea la iglesia de Jesucristo. Él entró en el templo y sacó a los mercaderes a latigazos.

¿Qué ocurriría si, además de las que ya tiene, el Vaticano recibiera, escritos, todos los testimonios que han aparecido y aparecen en esta web?

Addicte









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