El Opus Dei siempre ha hecho ficheros e informes escritos sobre asuntos de vida interior

En sus Observaciones a la Carta pastoral del Prelado de la Obra del 2 de Octubre de 2011, Guillaume explicaba que es completamente falsa la justificación que Mons. Echevarría aduce en el n. 18 de su Carta ante la acusación de que los Directores de la Obra de Escrivá no respetan el secreto de conciencia, porque hacen informes de lo escuchado en la dirección espiritual de los miembros de la Obra.

Ahora, al publicar los reglamentos de 1941, Guillaume demuestra que ese modo de proceder no es una praxis desviada del espíritu fundacional, sino una disposición vivida y establecida desde el principio por el propio Escrivá: en el n. 28 de Costumbres, se exhorta a que abran periódicamente su intimidad al Director o a la Directora local. Y en Orden, se indica que los Visitadores enviados por el Padre han de estudiar la vida interior de los socios (cfr. art. 4 § 2) y confeccionar informes escritos  que presentarán al Senado (hoy Consejo General), consignando su parecer (cfr. art. 5 § 3).

Eso sí, con la doblez que, según estamos viendo, siempre empleó Escrivá —que pone en evidencia que no debía tener buena conciencia de estos modos de actuar, y que lo excluye como verdadero hombre de Dios—, en el art. 4 § 3 de Orden, se asegura de que no quede rastro de estas prácticas ilegítimas, estableciendo que «en los Centros no habrá libro de visitas, ni quedará constancia del paso del Visitador».

Saludos cordiales,

Doserra