Memorias del Centro de Estudios.- supOmal
Fecha Monday, 13 February 2012
Tema 010. Testimonios


MEMORIAS DEL CENTRO DE ESTUDIOS

 

Me apetece recordar, pura higiene mental y espero ser literal a pesar de tantos años transcurridos. Algunas cosas no se olvidan jamás, son cicatrices que tenemos la obligación de contar y transmitir. Como la mayoría, ingresamos en primer curso de carrera, después de haber pitado un par de años antes…

 

-      Me creía un verdadero afortunado, un primera espada por tanto privilegio. Pero mi vagancia innata que “ellos” ya sabrían, me decía que allí se me iba a exigir mucho. Era de pueblo y eso crea un instinto de supervivencia, sabemos arreglarnos con poco, pero atendemos a lo bueno. Mi primer error: llegué en taxi el primer día. Bronca. (La primera de tantas: puro amor)

 

-       En dos días ya me doy cuenta que soy un número más. No soy nada ni nadie. Grupos, normas mil, mi ego empieza a sentirse afligido. (Eso si era una buena novatada)...



- En pocos días pánico controlado: el director se obsesiona en enseñarnos un slogan que debería repetirse in eternum en las tertúlias y a grito pelao: ”…somos unos tíos normales !”. (Por poco, pero casi me lo creo).

 

- ¿Te conoces a ti mismo?, me preguntó mi director de grupo en la primera charla. Creo que sí, claro,.. pues noo !. (No imaginaba que ni mi madre me iba a reconocer dos años después).

 

- Entiendo perfectamente lo que nos dicen, lo que quieren. Lo acato, he entregado mi vida a Dios y Él sabe lo que quiere de mi y estos van a contármelo.

 

- Los estudios en la uni van, pero con tanto rezar seguro que irán mejor. Aprobaré seguro, tengo fe, las normas, me mato a novenas y me lío a saco a hacer “amigos” para la labor. (También estudiaba algo).

 

- Tienes que rezar más: más?. Intensas horas en el oratorio buscando respuestas, para evitar hacerme preguntas. Soy un verdadero cabeza verde.

 

- En una charla le digo a mi director: he sentido una gran paz ante el sagrario y la Virgen, como si estuvieran allí… coño!, (perdón), qué perogullada!, me suelta el muy obtuso director. (Empiezo a no entender, con lo bien que iba...)

 

- Señor: soy un “perogullo”, así que mejor ignoro que estás ahí y mi director no me faltará. Tu ya le conoces, yo no, pero me parece como la cotorra del pueblo, como si no sintiera lo que habla,… en fin, tú sabrás. (Hoy le daría un tortazo a ese director que necesitaría más que fe para recuperarse de la lesión).

 

- Mortificación: un secretario de otro grupo me tiene manía. Lo tuve en el curso anual previo al C.E. y le pedí a Dios de no coincidir con él jamás. Qué mala leche!. Siempre mala cara y vista agresiva al cruzarnos, desafiante, despreciador, qué cabrón cuando podía echarme mano en temas varios. Lo evitaba como al diablo. (Tranquilos, no tenía el pelo blanco, pero prefería más ración doble de cilicio que su presencia).

 

- Los de pueblo sabemos cuando nos tienen cruzados. Este debía ser el problema: él, hijo de insigne notario de gran ciudad y víctima de sus pijo-padres “supers”. Niño de club que jamás ha pisado una calle normal y yo un simple pueblerino. Por cierto, leo con sorpresa que actualmente es el vicario de una delegación: no me extraña, los obsesos siempre “triunfan”.

 

- Semana económica: hay que salir a pedir dinero a quién sea y a dónde sea. Ahí me quedo a cuadros, pero algo habrá que hacer… hice una quiniela, pero (mea culpa) no me atreví a contarlo. Pero si me hubiera tocado os juro que lo habría dado, eh?. (A lo mejor me ponen en un altar).

 

- La administración: eso si es santidad. Cocinar y servir a los servidores inteligentes de Dios siempre me alucinó. Las miraba con mucho cariño, del bueno, no seas mal pensado/da. Y va la pobre se resbala y cae con fuente caliente en sus manos,… Quietos!!!, es todo lo que recuerdo. El director había vociferado violentamente y nadie se atrevió ni a mirar ni ayudar. Recé por ella,… era una hermana?. Tranquilo, tu no debes preocuparte de eso.

 

 - Pureza: qué voy a contar de tan tamaña misión heroica e innombrable. Intentaré ser lo más suave posible y espero que nadie se rasgue las vestiduras a esas alturas o me va a decepcionar: cuarenta mil estrategias para despistar a la naturaleza y a esas edades, volcanes sin destino, eunucos mentales, qué proeza!. Lo conseguíamos!. Creo que mi prostatitis es fruto de tan insistente y tan alto grado de continencia contra natura. Con el tiempo y la madurez estoy convencido de que los que tienen un problema sexual grave son “ellos”).

 

- Amistad: mis dos mejores “hermanos” del centro o lo que creía tíos con mayor afinidad, buena sintonía y mejor conversación me lo dejaron claro a la primera de cambio: mejor será que no nos sentemos más juntos en la mesa del comedor, vía corrección fraterna, claro. (Es que esa celda de castigo psicológica era de de juzgado de guárdia).

 

- Cantos: nos hartábamos de cantar. Preferiblemente las canciones de “casa” claro, qué originales. A veces otras, recuerdo “El gato que está, triste y azul,..” o algo así, pues la prohibieron pronto (¿). Y el gregoriano,.. ja, ja, el que se decía era el director de canto era un perfecto inútil, al menos en eso. Yo tenía varios cursos de solfeo y piano. Jamás lo conté, de hecho nunca lo consideré relevante, por nada más. Instinto?.

 

- Deportes: es bueno practicar alguno. Uno se desahoga, es saludable... pero nunca pude practicar el que yo quería, del que sabía y me gustaba. Tuve la desgracia que aquel santo secretario mortificador sabía muy bien cual era mi preferido… y nunca quedaban plazas para mi. Bendita paciencia, mi cielo cada vez más grande. Cuanto le debo a ese,… desgraciado, hombre!. Y así de paso me quedo más a gusto. Hola Nacho,... te acuerdas?. Lo dudo, son demasiadas fobias rutinarias, pequeñeces, nada importante.

 

Perdón por ser tan grosero, aunque creo que soy simplemente un sincero salvaje, eso me enseñaron. Me gusta ver las cosas de la vida con perspectiva, ni creo que sea ironía fina, aunque a más de uno le dolerán las tripas. Sabemos perfectamente que este sitio está controlado, analizado y que provoca numerosos informes internos. Eso espero, pues no seria propio de ellos no hacerlo.

 

Un hombre, al que creo muy honesto, santo y sabio, le oí decir que la gran ventaja que tiene la Obra es que los que hemos pasado por ahí somos demasiado buenas personas. Yo le pregunté: ¿todos ?. Me contestó: no, alguno queda dentro, pero pocos. Creo que él sigue dentro.

 

Una abrazo a todos,... los que quieran recibirlo.

 

supOmal

(Carlos)

 

>>Siguiente>>







Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=19333