Sobre la falta de diligencia en fundar de Escrivá.- Guillaume
Fecha Monday, 13 February 2012
Tema 115. Aspectos históricos


         En relación a la pregunta de Nicanor sobre el sentido de culpa de Escrivá por su falta de diligencia en ponerse a trabajar en cuanto vio la Obra el 2 de octubre de 1928, pienso que, por los datos que tenemos, se pueden establecer varias hipótesis. Estoy de acuerdo con la opinión de Gervasio en su magnífico artículo “La fundación del Opus Dei: marzo de 1941” sobre que lo de ponerse a buscar información sobre fundaciones que pudieran tener que ver con lo que él pensaba, puede ser un modo de justificarse ante los demás afirmando que se sintió obligado a fundar.

 

Otra cosa es la razón por la que él dice que se vio obligado a fundar: a saber, porque lo suyo era totalmente original. Sobre esto, he de decir que no conozco -al menos no me suena- que exista ningún fundador que haya tratado de justificar la originalidad de su fundación. Escrivá es el primero, lo cual reafirma la famosa frase: "excusatio non petita, accusatio manifesta"...



Y es que, muy probablemente, Escrivá tenía mala conciencia de haber estado copiando de todos un poco, según he tratado en mi escrito ¿Dónde está la novedad del supuesto carisma de Escrivá?: un poco de aquí, otro de allá, etc.; y por eso se "vio" en la obligación de "incurrir" en la contradicción de, por un lado, actuar como un verdadero fundador -y por eso dice que VIO (aunque se ve que lo vio a plazos, valga el juego de palabras)-; y por otra parte —para quedar como una persona "honesta" en el caso de que a alguien le sonara lo suyo—, de asegurar que no había encontrado nada semejante.

 

Hay que tener en cuenta que, en el caso de las personas con trastorno narcisista de la personalidad, como el fundador de la Obra, es muy interesante atender a lo que dicen, porque cuentan datos reales aunque cambien su interpretación. Y, por tanto, basta con aplicar el principio de contrariedad de Marcus Tank para llegar a la conclusión de que este dato que el propio Escrivá da de su actuación en el año 1928 y siguientes, demuestra que no sólo buscó fundaciones o iniciativas previas o contemporáneas a él, sino que copió de cada una lo que le interesaba.

 

Y respecto de que se arrepintiera años después de 1928 como "pecador", por no haber respondido raudamente al "llamado de Dios" de ese año, mi impresión es que, si lo que en realidad vio ese día fue el modo de salvar su sacerdocio, como explicó Job —ya que desde mes y medio después de su ordenación, en que abandonó la parroquia de Pediguera, hasta ese momento llevaba más de 3 años en una situación anómala—, es muy posible que lo que viera fuera confuso o impreciso y que necesita un largo tiempo para aclararse: y para motivarse, puesto que se trataría de una conversión a un sacerdocio muy oxidado.

 

Sea de ello lo que fuere, en todo caso no se puede decir que lo del 2 de octubre de 1928 fuera una "visión" clara y contundente, como se nos ha presentado, ni tampoco tan original como para considerar a Escrivá el gran precedente de la teología del laicado del Vaticano II.

 

Y no olvidemos que, según cuenta Vázquez de Prada, Escrivá olvidó la fecha de la fundación de las mujeres de la Obra (cfr. El Fundador del Opus Dei, Tomo I, p.323, in fine): lo cual por una parte muestra que tampoco es que se la tomara demasiado en serio, cosa que, si hubiera sido algo verdaderamente extraordinaria y sobrenatural, no habría olvidado; y, por otra, que, si pudo recordar esa fecha olvidada, es porque no destruyó las catalinas anteriores al 1 de marzo de 1930 en esta fecha, sino mucho tiempo después, y de forma selectiva: para no dejar rastro de esos momentos, supuestamente fundacionales pero que en realidad no tuvieron nada de sobrenatural.

 

Saludos,

Guillaume







Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=19330