Andaba yo pensando en que ninguna organización es perfecta puesto que en toda se depende de personas. En esta reflexión me preguntaba qué tipo de personas somos las capaces de no dejarnos seducir y tentar por el poder y la protección. ¿Con quien no puede el opus dei? ¿con las ambiciosas? ¿con las avaras? ¿con las envidiosas? NO, con estas lo tiene fácil.
El opus dei no puede con los librepensadores, con las personas de ética, con las que de verdad creen en Dios y en la justicia, con las de buena conciencia, con las del amor de verdad al prójimo, con las inteligentes, con las que no viven para que les aplaudan, con las que no se dejan vencer, sino convencer. El Opus Dei no las convence.
El opus dei no quiere "convencer", se convence con la verdad, con argumentos sólidos y con una realidad que los avale.
El opus dei quiere "vencer". Para vencer es necesaria una "batalla", dos bandos "el tuyo y el mío", o estás conmigo o estás contra mí.
Una guerra conlleva víctimas y estrategias poco éticas "el fin justifica los medios", me camuflo, ataco por la retaguardia, me financio, ataco al enemigo, etc.
Una guerra necesita un ejército jerarquizado donde los soldados rasos (numerarios, agregados) no conozcan las estrategias, sólo tienen que pensar, sentir y atacar cuando y cómo la cúpula lo ordene.
La cúpula mira la batalla desde lejos viendo como sus soldados van a la batalla motivados, orgullosos, engañados, sin que se cuestionen NADA DE NADA. Ninguna mancha en su cartilla militar bajo amenza de corrección y/o castigo.
¿ Vencer o Convencer? Para el opus dei, vencer. Una guerra sin tregua y sin Tratado de Paz.
No utilizan los métodos de enseñanza y convencimiento de la Iglesia Católica sino las estrategias del ejército romano.
¡Qué pena!
Si realmente hicieran apostolado enseñarían la fe cristiana "convenciendo", no tomarían el nombre de Dios en vano ni lo utilizarían para camuflarse. Gritarían abierta y orgullosamente ¡yo soy del opus dei! en esto.... se basa mi doctrina, estos son mis escritos y estas mis buenas obras. Se arrepentirían de sus malas acciones y pedirían perdón, como lo hizo Juan Pablo II.
Pero no, a mi juicio no hacen apostolado sino esclavos para su ejército.
Un abrazo para los soldados "desertores" que tuvieron la valentía de seguir su conciencia demostrando así ser unas buenas personas alejadas de guerras y de engaños. Ojalá entre todos podamos construir un mundo donde la verdad, la transparencia y el amor al prójimo sea posible.
Un abrazo
Habla
