Sobre los trámites del Marquesado.- ALEF
Fecha Wednesday, 08 February 2012
Tema 110. Aspectos jurídicos


Para los recientes hermeneutas:

No sé si añade algo a la cuestión saber que el Subsecretario del Ministerio de Justicia que en 1968 firma la Resolución en la que se informa de la solicitud de rehabilitación del título de Marques de Peralta, era un conocido supernumerario. Tenía una mano poderosa en el Régimen de Franco y en el puesto que ocupaba es de suponer que facilitara muchas cosas en aquellos años, también la rápida resolución de este confuso y turbio asunto sin suficiente base histórica, es decir, montado arteramente sobre una fantasía o inspiración celestial.

¿Os imagináis cuántas reuniones secretas previas se habrán hecho antes de presentar esa solicitud al Ministerio de Justicia ? Viajes ida y vuelta Roma-Madrid del Defensor, Missus, Consiliario, etc... El apaño, que luego tanto les quemó y cuya simple mención para los que estábamos dentro era nombrar la "bicha", fue responsabilidad de todos los que asintieron a la propuesta de mentira que el inspirado o iluminado de turno (tras llevarlo a la oración) presentó al Consejo en Villa Tevere. Pero, después, cuando se produjo el escándalo en los medios de comunicación, con qué rapidez se echó tierra encima con la excusa [Escrivá escribe una carta al consiliario de España que recoge Luis Carandell en el capítulo Marqués de Peralta] de la "recuperación del honor familiar" de los Escrivá y de la "secularidad de nuestro espíritu"... Una vez más topamos con el tema de los consejeros lameculos que colaboraban en la construcción de las fantasías y en la articulación del castillo de arena. Es un tema para investigar: "i consiglieri" del Padre en estas batallitas de las que luego se arrepentiría toda la Obra. Al padre no se le podía contradecir en nada y con frecuencia las iniciativas no eran suyas sino de su corte próxima, en Roma y en Madrid. Recordad los nombres de los que entonces mandaban en Roma y en Madrid. ¡Qué peña! ¡Qué peligro! Iniciativas locas de este tipo ha habido muchas desde los estatutos de 1941.

Saludos,

ALEF

P.D.- ¡Bravo Gervasio! Efectivamente, fue mucho después de 1928 cuando se descubrió que había que santificar al Opus con los frutos de nuestro trabajo, alimentarlo y engrandecerlo. La Opus es el fin de sí misma.









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