Hola, soy Gilita-dos.
Me uno a Gilita, porque yo también soy una de las seis ex…
Ahora no puedo dar mi nombre, pero pronto lo haré.
Es increíble el cinismo del portavoz de la prelatura atreviéndose a decir que se sienten en la indefensión y que la obra siempre actúa bajo la legalidad.
- La obra actúa con total impunidad, burlando la ley de Dios y de los hombres.
- La obra es adicta a la mentira, sin la cual, no hubiera conseguido ser quien es, ni tener a su fundador en los altares.
- La obra, con sus tentáculos de poder y su comportamiento mafioso, siempre ha soslayado la ley con guante blanco, pero ahora están nerviosos porque ven que se les acaba el chollo.
- La obra ha utilizado en servicio propio a una gran parte de los suyos, impidiéndoles desempeñar libremente su trabajo en medio del mundo.
Por eso, no se pueden extrañar de que sacerdotes, numerarias auxiliares, oficiales y personas dedicadas a trabajos de gobierno, denuncien al Estado estas irregularidades.
Y quiero añadir, para aclarar ideas a algunos:
1. Trabajar para la obra no es como trabajar para una ONG. La diferencia consiste en que en la obra, el beneficio del trabajo es para ellos, y en la ONG el beneficio del trabajo no se queda en la organización, sino para la ayuda a terceros, según sus fines. Todo el que trabaja tiene derecho a ser dado de alta en la seguridad social.
2. Los religiosos cotizan a la seguridad social. Además, a los que se van de la orden, siempre les ayudan económica y materialmente, de manera que nunca pasen necesidad (les dan trabajo en sus colegios, les pasan una mensualidad, etc.).
3. Obviamente, es incorrectísimo decir, como dicen en la obra, que una numeraria auxiliar o una administradora es como una madre de familia, que si se separa no se merece nada. ¿Pero en qué mundo viven?
Un saludo,
Gilita-dos