Archivo fotográfico histórico en Villa Tevere.- inmaduro
Fecha Monday, 06 February 2012
Tema 010. Testimonios


En 1997 tuve como encargo la informatización del archivo fotográfico histórico central. Por aquel entonces, el archivo se encontraba en un sótano de Villa Tévere. Había miles de fotos de personas, centros, oratorios, cursos anuales... Todas las personas y objetos que aparecían estaban meticulosamente identificados y fechados.

Las personas se identificaban mediante el nombre de pila y las iniciales de los apellidos. Eran tantas las fichas que, a pesar de haber dedicado un buen número de horas a trasladar los datos manuscritos al formulario informatizado, sólo pude volcar la información correspondiente a unos pocos meses de 1957.

Recuerdo que entre las personas que aparecían retratadas en las fotografías de un curso anual en Salto di Fondi estaba una cuyas iniciales de un apellido poco habitual son XE. Inmediatamente reconocí a un tío mío que había sido Numerario, más adelante (finales de los años 50) ordenado sacerdote, posteriormente dejó la Obra, se secularizó y actualmente vive felizmente casado. Nunca he dicho a ese tío que su fotografía, con nombre e iniciales de apellidos, se encuentra en los sótanos de Villa Tévere. No tengo ningún interés en inquietarle gratuitamente. Mi tío está mayor y delicado de salud; y yo estoy persuadido de que, con la información que le dé, no va a poder hacer nada efectivo. Pero me parece vergonzoso que D. Fernando Ocáriz, que tanto celo pone en proteger sus datos personales, mantenga archivos con miles de datos y fotografías de otras personas, algunos de ellos compañeros suyos de Villa Tevere.

 Se lo digo desde aquí y se lo diré en persona si algún día vuelvo a verle: D. Fernando, me ha decepcionado, nunca hubiera pensado que era Ud. tan falso. Ahora veo que, como el Prelado, gusta de presentarse ante los suyos y ante la opinión pública como un adalid de la ley; lo cual es cierto sólo cuando la ley le beneficia, porque Ud. viola disimuladamente esa misma ley cuando supone un obstáculo para sus intereses.

D. Fernando, qué pena, forjé de Ud. una buena idea a partir de los ratos de conversación que tuvimos en Cavabianca, de los frecuentes partidos de tenis y ahora veo que estaba engañado.

Inmaduro









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