Gracias.- Desconcertado
Fecha Monday, 30 January 2012
Tema 090. Espiritualidad y ascética


En los centros del Opus Dei deben estar agradecidísimos a Opuslibros por la información de primera mano que reciben. Probablemente desde las delegaciones y asesorías no se enviarán notas numeradas con contenidos tan interesantes como los que van apareciendo aquí.

Me parece que debemos felicitar a Guillaume y al Vicario General del Opus Dei porque con sus aportaciones a Opuslibros el cariz que está tomando esta página web es de una gran altura histórica, canónica, teológica y jurídica.

Las aportaciones de Ocáriz, Guillaume, Gervasio, Lucas y tantos otros ayudan a realizar un verdadero discernimiento espiritual, teológico, histórico y jurídico que nos confirma cada vez con pruebas más contundentes el gran engaño a la Iglesia y a las almas que hay en muchos planteamientos de la institución Opus Dei.

Gracias Guillaume por la magnífica contribución que están haciendo. Poco a poco, el Opus Dei, para sus vergüenzas, va quedando al descubierto. Los reglamentos de 1941 contienen los principios inspiradores básicos de lo que es el Opus Dei. A los miembros actuales, conocerlos les ayudará a situarse y profundizar en qué clase de organización viven, y a los antiguos miembros nos servirán para saber dónde estuvimos.

A esos principios inspiradores del reglamento se refería la maldición pronunciada por del Portillo en la misa funeral por el alma de Escribá en Villatevere, en 1975. Estos principios son los que tratan de aplicar Echevarría, Ocáriz, Valenciano y otros desde su torre de marfil de Roma. Al ser fundacionales (es decir, ocurrencias del fundador) son inamovibles.

Me lo estoy pensando, permíteme un consejo: tus intenciones de salvar lo bueno que hubiera en la institución Opus Dei son encomiables. Perecerás en el intento. Te arrinconarán. Te quitarán los encargos que tengas. Te señalarán como “un señor crítico”. Sospecharán de ti para siempre. Y si pueden, te humillarán para que reconozcas que tu conciencia “está desordenada” y debes someterla. Si puedes, sé valiente: huye. Admiro tus buenas intenciones y en parte las entiendo, porque muchos antes que tú también reaccionamos ingenuamente así durante un tiempo. Tengo algunos buenos amigos -exdirectores de mi generación- que por intentar lo que tú pretendes perdieron la salud psíquica, y los tienen en el Opus Dei que da mucha pena.

Gracias Agustina, Gracias Guillaume, Gracias Ocáriz. 

Desconcertado 









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