Dices en tu envío:
"El mundo es un lugar demasiado bonito para ser numerarios (...) si la Obra fuese como debería ser, es decir, respetuosa con la libertad, y se tomase en serio lo de ser normales, comprensivos, y sobre todo lo de querer a la gente como la gente es… estoy convencido de que a nadie se le habría ocurrido montar esta página. Siento verdadera pena por lo que ha acabado siendo la dirección de las almas en la Obra, porque he entregado muchos años y mucho esfuerzo".
Qué realidad, pero al mismo tiempo qué pena, por ser cierto.
¡A ver si por lo menos a fuerza de denunciarlo algo cambia¡
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