Por casualidad he encontrado esta web... una bendición!.
Salí de la Obra hace casi 30 años, pero el trauma se arrastra, os lo aseguro. Estoy satisfecho de mi vida, pero sin duda demasiado condicionada por lo que pudiera haber sido y no fue. O por lo que ha sido por la experiencia de haber vivido lo que debe ser una abducción. Mi mente se ha liberado más al leer tantos testimonios y escritos que no han hecho más que confirmar lo que sospechaba, pero me creo persona de buen corazón y nunca quise denunciar.
Desde la confesiones condicionadas - el pater me "invitaba" a contar mis faltas fuera de confesión y al entrar en ella sólo tenía decir que me arrepentía de lo que ya le había contado antes- para poder contárselo a los directores, hasta la persecución por tener "amistades particulares"... Ya pensareis de que "éste no había entendido nada"... pobre de mi, un jovencito numerario de 16 años que "pitó" sólo porque el director de su colegio le puso la pluma en sus manos y no quería decepcionarle. Hijo de padres creyentes y buenos cristianos: no podía fallar a nadie!. Mi "vocación" estaba cantada, quién lo impediría?.
Me queda un sólo consuelo después de tantos años: llevé a mis hijos al mismo colegio por cuestión de imperativo familiar, pero oír de sus jóvenes y sinceras bocas al terminar su etapa colegial que están orgullosos de haber recibido una buena formación humana y cristiana pero que del Opus prefieren no oír hablar nunca más... qué alegría interior... y en casa nunca se habló mal de la Obra!!.
No pararía de escribir tantas experiencias, como siempre positivas y negativas, pero la sensación de sentirse atrapado físicamente y mentalmente por una organización es algo que no todo el mundo lo ha vivido y no se explica ni con una enciclopedia... Os aseguro que si el nombre de Dios no estuviera de por medio, no me pararía ni un tanque para destrozar a tanto desgraciado que habita con el carnet del Opus. Hay demasiados miserables y sobre todo grandes coeficientes mentales que son como una especie de robots de última generación, os aseguro que de humanos no tienen nada... pero qué os voy a contar!!.
Mil gracias... qué liberación!.
Toni
