Quiero ser muy puntual y referirme al tema de la vocación. Gracias a Dios estuve en el Opus Dei, por más de 10 años. Hasta ahora agradezco que me hayan hecho consciente de que tengo vocación, sigo creyéndolo y eso da un sentido maravilloso a mi vida. Somos seres temporales y es difícil lograr un para siempre. Admiro mucho a los matrimonios que duran toda la vida, hasta que la muerte los separa. Pero sabemos que esta realidad es cada vez más difícil. Igual, si nuestra vocación no terminó en el Opus Dei, no quiere decir que no siga en pie el llamado del Señor a la Santidad, al encuentro con Dios, a través de cada detalle de la vida. Tenemos que descubrir el sentido de la vida, no es fácil, un día lo vemos muy claro y con una gran sencillez, y a poco no entendemos nada. El mantener esta página para apoyo de tantas personas que se fueron del Opus Dei es también un camino, es algo que puede ayudar a muchos, pero el proceso de un cambio en la vida puede ser muy lento. Gracias a Dios, por forma de ser no puedo sentir resentimiento, tal vez Dios me ha librado de cosas muy duras que me lleguen a resentir. Así que yo a la Obra, al Padre (como lo llamábamos), a todas mis directoras, a los sacerdotes les guardo un cariño especial y mucho agradecimiento.

Actualmente no tengo relación con el Opus Dei, tengo muchos familiares, a los que respeto y admiro. La vida no es fácil ni dentro ni fuera del Opus Dei y no encuentro saludable insistir en todo lo negativo que vimos. Tal vez sería interesante como ayuda al mismo Opus Dei que es algo humano en que puede haber tantos errores, como los vemos al educar a nuestros hijos, en equivocarnos en la forma de quererlos, incluso sentir que les hicimos mucho daño. Creo que lo que más nos ayuda es verdaderamente acercarnos más a Dios y aprender de su amor. Así es como siento las cosas y quería compartirlo.

Saludos,

Gloria